10 de marzo de 2019

La muerte y su misterio

La muerte y su misterio

por Camilo Flammarion.

Dado el conjunto de los hechos observados, y siendo tan concordantes, tan numerosos, tan precisos, puede llegarse a las siguientes conclusiones, apoyándolas sobre bases irrefutables:

1º Los seres humanos fallecidos, los llamados muertos siguen existiendo después de la disolución del organismo material.

2º Ellos existen en sustancias invisibles, intangibles, que nuestros ojos no alcanzan a percibir, que nuestras manos no pueden tocar, que nuestros sentidos no pueden apreciar, en las condiciones normales de costumbre.

3º Generalmente, esos muertos no se manifiestan. Su modo de existencia es completamente distinto del nuestro. A veces obran sobre nuestro espíritu, y en determinadas circunstancias pueden probar su supervivencia.

4º Cuando obran sobre nuestro espíritu, y, por tanto, sobre nuestro cerebro, nosotros los vemos y percibimos bajo formas sensibles: los vemos tales como los hemos conocido, con su indumentaria, sus gestos, sus maneras, su personalidad. Es nuestra vista interna que los ve; es una percepción de alma a alma.

5º No se trata de alucinaciones o visiones fantásticas. Son realidades: el ser invisible se torna visible.

6º Pueden igualmente manifestarse bajo formas objetivas.

7º En un crecido número de casos, las apariciones de los difuntos no son intencionales. El muerto no obra expresamente sobre el espectador; parece más bien que él conserva vagamente ciertas costumbres que tenía en vida, y que merodea por los lugares donde ha vivido, o cerca de su tumba: pero no olvidemos que estas no son más que apreciaciones que hacemos nosotros desde nuestro punto de vista humano, y que la distancia no existe para los espíritus. Ondas eternas emanan de las almas, las que en contacto con el percipiente, se transforman en imágenes para el cerebro receptor que vibre sintónicamente.

8º Las apariciones y manifestaciones son relativamente frecuente en las horas inmediatas al fallecimiento; a medida que se aleja la fecha del mismo, su número disminuye y se atenúa paulatinamente.

9º Las almas separadas de sus cuerpos, conservan por mucho tiempo su mentalidad terrestre. Los que fueron católicos, no es raro que pidan oraciones: he aquí un hecho digno de observación y que sería importante analizar desde el punto de vista de la psicología humana y trascendental.
Estas declaraciones, recabadas del conjunto de los hechos observados, representan los casos en general de las apariciones de difuntos; pero hay casos distintos, hay variantes, y diversas excepciones. Pero el principio ya establecido es la certeza de una entidad persistente, de un dinamismo que continúa la personalidad.

Esas deducciones están basadas en la observación experimental: todos los investigadores imparciales que tengan espíritu serio de esta naturaleza, llegarán al mismo resultado.

Conceptos Extractados de "La Muerte y su Misterio", por Camilo Flammarion.