Papel e Influencia del Medium en las Manifestaciones
El Espíritu Encarnado en el Médium puede ser más Elevado que Ciertos Espíritus Extraños
por Allan Kardec.Si el Espíritu obra sobre la mente del medium, se objetará que nada prueba que sea un Espíritu extraño el que escribe, y si el del médium. Este es el momento de revelar un error en el que incurren algunas personas. Diremos, pues, que puede suceder que el alma del médium se comunique como lo haría un Espíritu extraño, y esto se concibe fácilmente. Puesto que se puede evocar al Espíritu de personas vivas, ausentes o presentes y que el Espíritu evocado se comunica por la escritura o por la palabra del médium, ¿por qué el Espíritu del médium no ha de poder comunicarse igualmente?. Los hechos prueban que en ciertas circunstancias sucede así, como en el sonambulismo, por ejemplo. ¿Se sigue de ello que la comunicación del alma del médium, tenga menos valor? De ningún modo.
El Espíritu encarnado en el médium puede ser más elevado que ciertos Espíritus extraños, y por la misma razón, dar mejores comunicaciones. Este es, a nuestro entender, un caso en el que debe discernir nuestro juicio. En el supuesto de que estamos tratando, el médium habla como Espíritu desencarnado y no como hombre. La cuestión es saber si no es siempre el Espíritu del médium el que emite sus propios pensamientos, como algunos pretenden. Esta opinión absoluta es un sistema que no puede tener su origen sino en una observación incompleta. Es siempre peligroso formular teorías sobre hechos que no se han profundizado lo bastante, o de los que sólo se ha podido ver una fase.
Hay casos, sin duda alguna. en que la intervención de un Espíritu extraño no es incontestable; pero basta que haya algunos otros en que esa intervención sea patente, para concluir que también se puede comunicar otro Espíritu que no sea el del médium. Luego esa intervención extraña no puede hacérsenos dudosa cuando, por ejemplo, una persona que no sabe leer ni escribir, escribe como médium: cuando un médium escribe o habla en un lenguaje que le es desconocido; cuando, en fin -lo que es el caso más ordinario- ; el médium no tiene ninguna conciencia de lo dicho o escrito por él, y los pensamientos expresados son contrarios a su manera de ver y traspasan los límites de su inteligencia. La experiencia da sobre este último aspecto tan numerosas y tan palpables pruebas, que la duda no es posible para quien haya observado, sobre todo si ha observado bien.
Extractos del Libro "Manual Práctico", por Allan Kardec.
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