Libro "Acción y Reacción" Chico Xavier\André Luiz « parte 70 »
Leonel, percibiendo que Silas penetraba en lo íntimo del problema con sorprendente facilidad, explicó entusiasmado:–Sí. Hemos aprendido en las escuelas vengadoras (60) que todos poseemos, además de los deseos inmediatos comunes, en cualquier fase de la vida, un “deseo central”, o “tema básico” de los intereses más íntimos. Por tanto, además de los pensamientos vulgares que aprisionan nuestra experiencia rutinaria, emitimos con más frecuencia los pensamientos que nacen del “deseo central” que nos caracteriza, pensamientos esos que pasan a constituir el reflejo dominante de nuestra personalidad. De ese modo, es fácil conocer la naturaleza de cualquier persona, en cualquier plano, a través de las ocupaciones y posiciones en que prefiera vivir. La crueldad es el reflejo del criminal, la avaricia es el reflejo del usurero, la maledicencia es el reflejo de la calumnia, el escarnio es el reflejo del irónico y la irritación es el reflejo del desequilibrado, siendo del mismo modo que la moral es el reflejo del santo... Una vez conocido el reflejo de la criatura que deseamos cambiar o castigar, es muy fácil sobrealimentarle con excitaciones constantes, robusteciendo sus impulsos y las escenas ya existentes en su imaginación, y creando otros que se les superponen, alimentando, de esa forma, su fijación mental. Con ese objetivo, basta con poco esfuerzo para situar, en la convivencia de la criatura que queremos asediar, otras entidades que se adapten a su modo de sentir y de ser, siempre cuando no podamos, por nosotros mismos, por falta de tiempo, crear las imágenes que deseamos para los fines perseguidos, por intermedio de la hipnosis. A través de esos procesos, creamos y mantenemos fácilmente el “delirio psíquico” o “la obsesión”, que no pasan de ser un estado anormal de la mente, subyugada por el exceso de sus propias creaciones, presionando el campo sensorial, infinitamente aumentadas por la influencia directa o indirecta de otras mentes, desencarnadas o no, atraídas por su propio reflejo.
Y, sonriendo, el inteligente perseguidor, dijo con el mayor sarcasmo:
–Cada uno es tentado exteriormente, por la tentación que alimenta dentro de sí mismo.
Yo me hallaba perplejo. Nunca había escuchado un verdugo, aparentemente vulgar, con tanto conocimiento y conciencia de su papel.
Creía estar asistiendo a un curso rápido de sadismo mental, extravagante y frío.
Silas, más entrenado que yo en el trato con entidades de esa condición, no reveló sentimiento alguno de pesar o de asombro, en su rostro.
Sin embargo, mostrando gran interés por aquella exposición, comentó:
–Indiscutiblemente, lo expuesto es perfecto. Cada uno de nosotros vive y respira en los reflejos mentales de sí mismo, atrayendo las influencias felices o desgraciadas que nos mantienen en la situación que buscamos... El cielo o los planos superiores, están constituidos por los reflejos de los espíritus santificados, mientras que el infierno...
(60) La entidad se refiere a organizaciones mantenidas por inteligencias criminales, temporalmente situadas en los planos inferiores (nota del autor espiritual).
Libro Psicografiado, "Acción y Reacción", por Chico Xavier\André Luiz
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