Catalepsia y Letargia
En el letargo, las fuerzas vitales son disipadas y el cuerpo adquiere la apariencia de la muerte, en un sueño profundo.
En la catalepsia, esta suspensión de las fuerzas vitales, a veces, está localizada.
Los letárgicos y catalépticos en general observan lo que sucede en derredor. El espíritu tiene conciencia de sí, pero no puede comunicarse.
El cuerpo no está íntegramente muerto, incluso cuando se inicia la descomposición.
El periespíritu se encuentra ligado al cuerpo por mínimos puntos. Su vitalidad se encuentra en estado latente. A diferencia de la muerte real, cuando las moléculas del cuerpo periespiritual ya se han separado del cuerpo carnal. Los lazos que sostienen el uno al otro se rompe totalmente y el Espíritu no tiene condición de volver a su envoltura.
En la Biblia se encuentran estos fenómenos en varios pasajes. La resurrección de Lázaro es el más conocido. Él estaba sepultado hacia cuatro días y ocurría un estado avanzado de descomposición. Jesús sabía que se trataba de un caso de separación casi integral del espíritu. La unión periespirítica a la materia era muy tenue. Sólo el Maestro podría hacerlo volver a la vida.
En el libro "Cielo e Infierno !, de Allan Kardec, tenemos el ejemplo de un caso de catalepsia. Un escritor, año 1850, fue acometido de un ataque cerebral. Quince días después del entierro la familia pide exhumación porque el medallón había sido olvidado en el féretro. El cuerpo había cambiado de posición y una de las manos había sido en parte comida.
Cuando Allan Kardec conversa vía mediúmnica con el Sr. Antonio B ..., sabe la causa de su expiación: él en existencia anterior enterró a su esposa viva en un foso.
Después del conocimiento y constatación de tantos casos como éste, hoy el sepultamiento no es inmediato, salvo casos particulares.
La catalepsia y el letargo son fenómenos que ocurren desde los tiempos más remotos, aturdiendo a la Humanidad. Por esa razón, Allan Kardec dedicó 3 cuestiones, las de 422, 423 y 424, a tan complejo asunto y completó las respuestas de los benefactores con precioso comentario, diciendo:
"El letargo y la catalepsia derivan del mismo principio, que es la pérdida temporal de la sensibilidad y del movimiento, por una causa fisiológica aún inexplicable. Se diferencian una de la otra en que, en el letargo, la suspensión de las fuerzas vitales es general y da al cuerpo todas las apariciones de la muerte; en la catalepsia, está localizada, pudiendo alcanzar una parte más o menos extensa del cuerpo, de suerte a permitir que la inteligencia se manifieste libremente, lo que la hace inconfundible con la muerte. El letargo es siempre natural; la catalepsia es a veces magnética.
Extractado del Blog Mundo Espírita.