Amor y Salud 2/2
El corazón que se Abre Nunca se Queja ni Reclama
por el Espíritu Juana de ÁngelisCapítulo 8 del libro “Filón de amor” psicografiado por Divaldo P. Franco
El corazón se cierra cuando da abrigo a la amargura, cuando da lugar al pesimismo, cuando acumula recriminaciones e irritación, o colecciona resentimientos… De inmediato, la salud se vuelve vacilante y, aprisionado en ese laberinto de aflicciones, el ser se desgasta y pierde la dirección de sí mismo.
El corazón que se abre nunca se queja ni reclama, porque el amor que posee lo vuelve dócil y gentil; no exterioriza venenos, porque no se acumulan en él.
Pon la luz de la compasión por ti mismo en la mirada de tu afectividad, a fin de que diluya las sombras que perduran de los días de la infancia incomprendida, de las relaciones desagradables, de los recuerdos tormentosos.
A medida que esa claridad del amor se esparza, atraerá fuerzas generosas que te conducirán siempre en paz, incluso por los más difíciles caminos humanos, contagiando a todos los que se te acerquen, aun cuando no se den cuenta de inmediato.
Cuando determinados padecimientos marquen tus horas, refúgiate en la meditación, orienta la respiración hacia el área dolorida y procura relajar la tensión que se ha vuelto habitual, a la que ya no controlas.
Muchos de los dolores y problemas orgánicos o nerviosos son resultado de somatizaciones del corazón cerrado, amargado o apenado, inquieto o desconfiado.
Quien posee un corazón abierto, adquiere la facultad de sonreír y de confiar, extendiendo manos y emociones amistosas a los transeúntes del camino evolutivo.
Libre de la autopiedad y de la perversidad de la autocensura, que castiga, se vuelve capaz de analizar los fracasos del pasado con naturalidad, permitiéndose la rehabilitación y la recuperación de caminos y metas. No se detiene en el análisis prejuicioso de la culpa, sino que adopta la postura positiva del arrepentimiento edificante, que abre espacio para la recuperación de sí mismo y ante su víctima, o contribuye a que desaparezcan los prejuicios causados por la irresponsabilidad.
No adhiere a la actitud de desdichado porque se equivocó, pues considera que todos experimentan equivocaciones y que el camino del progreso está pavimentado por los errores y las correcciones, hasta cubrir con asfalto sólido el piso que le sirve de sostén.
Nadie alcanza la cumbre de algún cometido sin los pasos iniciales del principiante, cuya experiencia y sabiduría llegan después de experimentar las realizaciones.
La salud, como consecuencia natural del proceso de abrir el corazón a la luz, al entendimiento, al afecto, se instala y soporta todas las acometidas del tiempo, del lugar y de las circunstancias, aunque no siempre sean positivas.
Permanece con el corazón abierto al amor, y nunca te permitas encarcelarlo en la sospecha o llenarlo de vacíos emocionales…
Solamente un gran sacrificio es digno de una elevada recompensa. Por lo tanto, solamente a través de la apertura del corazón, con absoluta inocencia y confianza, puedes experimentar la alegría plena y la felicidad sin tacha.
Extractado de la Revista La Idea - Centro Espírita Argentino.