9 de noviembre de 2019

El Mundo Espiritual Posee una Luz Especial cuya Naturaleza Ignoramos

Vista Espiritual o Psíquica. Doble Vista. Sonambulismo. Sueños

El Mundo Espiritual Posee una Luz Especial cuya Naturaleza Ignoramos

por Allan Kardec.

La visión espiritual no se opera con los ojos del cuerpo y, por lo tanto, la percepción de las cosas no depende de la luz ordinaria. La luz material está hecha para el mundo material. El mundo espiritual posee una luz especial cuya naturaleza ignoramos, pero que es, sin duda, una de las propiedades del fluido etéreo destinada a las percepciones visuales del alma. Por consiguiente, hay una luz material y una luz espiritual. La primera tiene sus centros circunscritos a los cuerpos luminosos; la segunda está en todas partes, razón por la cual para la visión espiritual no hay obstáculos; no la detiene ni la distancia ni la opacidad de la materia, así como la oscuridad no existe para ella. El mundo espiritual está iluminado por la luz espiritual, que posee efectos propios, como el mundo material está iluminado por la luz solar.

El alma, envuelta por su periespíritu, lleva en sí su principio luminoso. Penetra a la materia en virtud de su esencia etérea y no hay cuerpos opacos para su vista. Sin embargo, la visión espiritual no tiene el mismo alcance ni la misma profundidad en todos los espíritus. Sólo los espíritus puros la poseen en todo su esplendor. En los espíritus inferiores, la visión está debilitada por la densidad relativa del periespíritu, que se interpone como una especie de niebla.

Esta facultad se manifiesta en diferentes grados en los espíritus encarnados mediante el fenómeno de segunda o doble vista, ya sea en el sonambulismo natural o magnético, o en el estado de vigilia. Según el grado alcanzado por la facultad, se dice que la lucidez es mayor o menor. Con el auxilio de esta facultad ciertas personas ven el interior del organismo y describen la causa de las enfermedades.

La vista espiritual suministra percepciones especiales que, al no tener su asiento en los órganos materiales, opera de manera distinta que la vista corporal. Por esa razón, no se pueden esperar efectos idénticos ni experimentarla por las mismas vías. Verificándose esa visión fuera del organismo, posee una movilidad desconcertante. Es necesario estudiar sus efectos y causas y no buscar parecidos inexistentes con la visión corporal, a la que no reemplaza, excepto en casos excepcionales que no deben tomarse por regla.

Extractos del Libro "El Génesis", por Allan Kardec.

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