8 de abril de 2019

Vigilemos el Pensamiento Purificándolo

Clarividencia y Clariaudiencia, Pensamiento y Mediumnidad

Vigilemos el Pensamiento Purificándolo


Quien solamente mentaliza angustia y crimen, miseria y perturbación, ¿podrá reflejar en el espejo  de su propia alma otras imágenes que no sean la desarmonia y el sufrimiento?

Quien se demora indefinidamente en la medición del lodazal es propenso a ahogarse en el lodo.

Vigilemos el pensamiento purificándolo con la práctica incesante  del bien.Por el pensamiento nos esclavizamos a los cepos del suplicio infernal, sentenciándonos,  a veces, a siglos de peregrinación por los caminos del dolor y de la muerte.

La mediumnidad torturada es la unión de almas comprometidas  en aflictivas pruebas para saldar antiguas deudas. Para abreviar  el tormento que flagela de mil modos la conciencia encarnadas y desencarnadas, en los distintos grados expiatorios, es imprescindible  proponerse  la renovación mental, pues este es el único medio de recuperar la armonía.

Nadie es realmente espirita  ni está a la altura de este nombre solo por haber conseguido la cura de una dolencia rebelde con la ayuda de las Entidades  amigas,  y se convenza con ello, admitiendo la intervención del Mundo Espiritual en su existencia. Como tampoco nadie  es médium, en el elevado concepto del término, solamente  porque sea instrumento de comunicación entre las humanidades visible e invisible.

El pensamiento es tan significativo en la mediumnidad, como importante  es el lecho para el rió. Haced corred las aguas  puras sobre un lecho de fango  y tendréis una corriente oscura, adulterada.
Es cierto que divinos mensajes descienden del Cielo a la Tierra. Sin embargo, para que ello suceda es imperioso que existan canales adecuados.

El médium no debe detenerse  en la simple reopción de comunicaciones. Le será indispensable la consagración de sus fuerzas a las más elevadas formas de vida, buscando la educación de si mismo y servir desinteresadamente al prójimo el material el material con el que construya su propio camino.

El conocimiento amplia  el valor mental; y la siembra constante de bondad trae consigo  la cosecha de simpatía, sin la cual el granero de la existencia se reduce a una caravana de desesperación y desaliento. No basta ver, oír o incorporar a los Espíritus desencarnados para que alguien adquiera el  carácter de respetabilidad.

Tomado del Blog "Rincón Espírita"