Como Persuadir a otro que Adopte el Espiritismo
por Allan Kardec.El deseo muy natural y muy laudable de todo adepto, deseo que todo sería poco para alentar, es el de hacer prosélitos. Con la mira de facilitar su tarea, nos proponemos examinar aquí la marcha más segura, según nosotros, para alcanzar este objeto, a fin de ahorrarles esfuerzos inútiles.
Sin duda, la creencia en los Espíritus forma la base, pero no basta para hacer un espiritista ilustrado, como la creencia en Dios no basta para hacer un téologo. Veamos, pues, de que manera conviene proceder en esta enseñanza para que conduzca con más seguridad a la convicción.
No deben asustarse los adeptos por esta palabra enseñanza; la enseñanza desde la cátedra o de la tribuna no es la única; hay también la de la simple conversación. Toda persona que quiere persuadir a otra, ya por la vía de las explicaciones, ya por la de las experiencias, también enseña.
Se cree generalmente, que para convencer basta mostrar los hechos; sin embargo, la experiencia enseña que muchas veces hay personas a quienes los hechos más patentes no convencen de ningún modo.
En el Espiritismo, la cuestión de los Espíritus es secundaria y consecutiva; no es el punto de partida, y aquí precisamente está el error en que se cae, y que muchas veces hace fracasar ante ciertas personas. Los Espíritus no siendo otra cosa que las almas de los hombres, el verdadero punto de partida es la existencia del alma. ¿Pero cómo puede admitir el materialista que haya seres que vivan fuera del mundo material, cuando cree que él mismo sólo es materia? ¿Cómo puede creer en Espíritus fuera de él, cuando no cree tener uno? En vano se acumularían a sus ojos las pruebas más palpables, pues las negaría todas, porque no admite el principio. Toda enseñanza metódica debe proceder de lo conocido a lo desconocido; para el materialista lo conocido es la materia; partid, pues, de la materia y procurad ante todo, haciéndosela observar, de convencerle que en él hay alguna cosa que escapa a las leyes de la materia; en una palabra, antes de hacerle Espiritista, procurad hacerle Espiritualista; hablarle de los Espíritus antes que esté convencido de tener una alma, es comenzar por donde se debería acabar, porque no puede admitir la conclusión si no admite las premisas. Antes, pues, de emprender el convencer a un incrédulo, aun por los hechos, conviene asegurarse de su opinión con relación al alma, esto es, si cree en su existencia, en su supervivencia al cuerpo, en su individualidad después de la muerte; si su contestación es negativa, sería trabajo perdido hablarle de los Espíritus. He aquí la regla; no decimos nosotros que sea sin excepción, pero entonces es que hay probablemente otra causa que le hace menos refractario.
Conceptos Extractados de "El Libro de los Médiums", por Allan Kardec.
MI COMENTARIO
Particularmente pienso que no se debe andar por la vida tratando de convencer a nadie. Solo podemos esperar dar buenas explicaciones a quienes realmente estén interesados en obtener respuestas.
Quienes no las necesitan, no están preparados y atentos para analizar lo que se le pueda transmitir. Menos aún si su actitud es desafiante y de negación total con respecto a lo espiritual.