2 de junio de 2019

El Espiritismo es el Áncora de Salvación de esa Humanidad Perdida

Espiritismo, librepensador,  Allan Kardec,

El Espiritismo es el Áncora de Salvación de esa Humanidad Perdida

por A.A

Hay acontecimientos en la vida humana, que hacen fijar en ellos la atención de todos los hombres pensadores.
Esto ha acontecido y sigue aconteciendo con los grandes fenómenos hijos de la doctrina Espiritista; fenómenos que, hoy más que nunca, están llamando la atención de toda la humanidad, desprendiéndose de ellos una luz que le señala el verdadero camino para su progreso.

Nosotros que al conocer estos grandes fenómenos, estudiamos la ciencia Espiritista; hemos visto las causas que las producen y no podemos menos que recomendar a la humanidad en general el estudio de esta gran doctrina, para que se convenza de la verdad que en sí encierra.

Verdad, sí; porque no hay duda, el Espiritismo es el áncora de salvación de esa humanidad perdida en el gran mar de las pasiones mundanas. ¡Pobre humanidad! cuán lejos estás de comprender la misión para que has sido creada. Sin presentir tu fin, caminas errante por este mundo de expiación dominada por tu horrible materia, olvidando que un día, esta misma materia que hoy te deslumbra, se convierte en nada. Llega este día y..... ¿qué sucede entonces? ¿Se ha concluido todo? No. ¿Hay algo más allá?

Sí, pero un algo, que es el todo; un algo, en el que es necesario que medites con profunda atención.
Vemos que el cuerpo muere; pero el alma, el Espíritu, esa emanación de Dios que anima nuestro cuerpo, al salir de su cárcel corpórea, de la materia, de ese cuerpo que muere, busca el fin para que fue creada. ¿Para qué fue creada? Para el progreso; para que llegue un día que presintiendo a su autor, a su Dios, ha ese Dios tan justo principio y fin de todas las cosas, a ese Dios que la humanidad tiene en un gran olvido, a ese Dios que velando constantemente por todos nosotros nos dice sin cesar; dad de comer al hambriento, socorred al desnudo, dad la mano al caído, perdonad a vuestros enemigos, amaos todos como hermanos, pues todos sois hijos míos; pueda ser digna de gozar la dicha eterna.

¡Pero cuán lejos estás, pobre humanidad, de comprender el camino que has de recorrer para llegar a este fin! Sumida hoy en la oscuridad, te dejas arrastrar por la corriente material que te domina, sin presentir siquiera la luz que te ha de conducir por la verdadera senda.

El Espiritismo es esa luz. Sí…..Luz sublime, maravillosa, divina, emanada de las Jerarquías celestes; luz cuál no hay ninguna, luz que nos deja ver la realidad, luz que, cual faro en noche de tempestad, guía al marino a puerto de salvación, señala a la humanidad el verdadero camino que la ha de conducir a su feliz término, a la mansión celestial.

Revista La Revelación Año 1872, por Allan Kardec.


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