Las Señales del Guía Espiritual
por Jocelyne CharlesEn su protección, los guías pueden tratar de evitar lo peor cuando hay una grave amenaza, y a veces son escuchados como en este caso de Elisabeth Klein, sobrevenido a finales de 1991 en Los Ángeles (extraído del libro Investigación sobre la existencia de los ángeles guardianes de Pierre Jovannovic).
LA VOZ
“Hace alrededor de un mes de eso, me encontraba en mi auto, rodando por la highway 101 en la fila del medio. Iba a abordar la pendiente que baja hacia la salida de Malibu Canyon cuando, muy distintamente, escuché resonar en mi cabeza una voz que me dijo ‘Ve a la fila de la izquierda’. No sé por qué, pero instintivamente obedecí. Algunos segundos más tarde, el flujo de vehículos se hizo más lento repentinamente a causa de un accidente y el camión que antes se encontraba justo detrás de mí (bajábamos por una pendiente) frenó bruscamente; pero arrastrado por su peso, golpeó al primer auto delante de él y hubo una verdadera carambola en la fila que yo ocupaba algunos segundos antes. Sin esa voz, creo que no estaría aún aquí. Debió ser mi guía o mi ángel guardián, no lo sé”. En este caso preciso, esta persona siguió instintivamente el consejo de la voz y así escapó a la muerte, lo cual comprendió más tarde. En catástrofes, naturales o no, es corriente oír a personas interrogadas por los periodistas, decir que tuvieron un presentimiento y abandonaron antes la zona geográfica o aplazaron un viaje en avión. Se puede concluir que su guía espiritual les pasó un mensaje sutil que ellas captaron.
LOS GOLPECITOS
He aquí un testimonio de Allan Kardec, extraído de El Libro de los Médiums: “Hace varios años, al comienzo de mis estudios sobre el espiritismo, estando una noche ocupado en un trabajo sobre esta materia, se dejaron oír golpes a mi alrededor durante cuatro horas consecutivas; era la primera vez que me sucedía algo parecido; comprobé que no tenían ninguna causa accidental, pero en el momento no pude saber más. En esa época tenía la oportunidad de ver con frecuencia a un excelente médium escribiente. Desde el día siguiente, interrogué al espíritu que se comunicaba por su intermedio sobre la causa de estos golpes. Es, se me respondió, tu espíritu familiar que quería hablarte. ¿Y qué me quería decir? Respuesta: Puedes preguntarle tú mismo, pues está aquí. Habiendo interrogado pues a ese espíritu, me señaló errores en mi trabajo, indicándome las líneas donde se encontraban, me dio útiles y sabios consejos, y añadió que siempre estaría conmigo y vendría a mi llamado todas las veces que quisiera interrogarle.
Extractado de la Revista Le Journal Spirite.
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