Carácter y Consecuencias Religiosas de las Manifestaciones Espíritas
Las almas o Espíritus de quienes han vivido constituyen el mundo invisible que puebla el Espacio y en medio del cual vivimos. Dado que hay hombres, hay Espíritus, y si estos hoy pueden manifestarse, han podido hacerlo en todos los tiempos. La historia y las religiones de todos los pueblos constatan este hecho. No obstante, últimamente las manifestaciones de los Espíritu se han multiplicado y adquirido un carácter más real, porque entre los designios de la Providencia está el de poner término a la plaga de incredulidad y materialismo que azota al mundo, mediante pruebas evidentes, permitiendo a quienes han abandonado la Tierra venir a atestiguarnos su existencia y a revelarnos su situación feliz o desgraciada.
El mundo visible vive en medio del mundo invisible, están en contacto perpetuo y actúan incesantemente uno sobre el otro. Esta reacción es el origen de una infinidad de fenómenos considerados antiguamente sobrenaturales, debido a que se desconocían sus causas. La acción de un mundo sobre el otro es una de las leyes, una de las fuerzas naturales necesarias para lograr la armonía universal, como lo es la ley de atracción. Si esa interacción se suspendiese, la armonía desaparecería, como si se tratase de un mecanismo al que le faltara un engranaje. Al estar basada esta acción sobre una ley de la Naturaleza todos los fenómenos que produce son naturales. Se los creyó sobrenaturales porque se ignoraba su origen, tal cual sucedió con ciertos efectos eléctricos, lumínicos, etc.
Todas las religiones se basan en la existencia de Dios y tienen por meta el futuro del hombre más allá de la muerte. Ese porvenir, que es de interés capital para el hombre, está ligado íntimamente a la existencia de un mundo invisible. El conocimiento de ese mundo fue, en todas las épocas de la humanidad, objeto de búsquedas y de preocupaciones. La búsqueda se orientó de una manera especial hacia los fenómenos que atestiguan la existencia de ese mundo y, sin duda, la prueba más concluyente la constituyen las manifestaciones de los Espíritus, mediante las cuales los habitantes de ese mundo revelan su existencia. Por ese motivo, tales fenómenos son la base dogmática de todas las religiones
Extractos de "Revista La Idea" - Centro Espírita Argentino.
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