31 de octubre de 2019

Política y Espiritismo

Política y Espiritismo

Por Lumen

El espírita puede hablar de política (en el contexto y el momento preciso), como puede pronunciarse sobre cualquier otro asunto de nuestra realidad cotidiana; y lo puede hacer porque le asisten los mismos derechos y obligaciones que a todo el mundo… El espírita, antes que otras muchas cosas, debe ser alguien normal, natural y cercano (evitando convertirse en una especie de “friki” metafísico y/o religioso).

Una cosa es entrar en debates ideológicos, innecesarios y desgastantes, que a nada conducen… y otra muy distinta, permanecer ajeno a las necesidades sociales y sus obligaciones morales como ciudadano inmerso en un tiempo y un marco concreto.

En lo personal, me resulta algo desconcertante y tibio que un espírita permanezca “anestesiado” dentro de una burbuja doctrinaria que (equivocadamente) le haga distraerse de la problematica de su barrio, de su país, conociendo que la caridad por la que apuesta el Espiritismo no es una donación aséptica de “cuatro paredes”, sino un servicio activo que nos hace ser más comprometidos con las carencias ajenas (individuales y colectivas).

Todos, en mayor o menor medida, estamos comprometidos con la ciudad y el país que nos recibe en cada encarnación y, por lo tanto, sería insensato obviar nuestros deberes holísticos y permanecer sin sensibilidad ciudadana y empatía social. Venimos para comprometernos no sólo con nuestra familia consanguínea o nuestras parejas, sino también con el ámbito social que nos rodea.

Un espírita diplomáticamente aislado de cualquier tipo de pronunciamiento político, puede ser más un diplomático que un espírita, y más aun si encima permanece alejado de cualquier contribución por apostar junto con otros por una democracia más plural y justa. Como defender los intereses del pueblo frente a las imposiciones maniqueas de las grandes corporaciones (empresas, banca….) y los gobiernos utilitaristas, etc.

Aunque otros sean los contextos; las libertades y la dignidad de los menos favorecidos siguen estando en juego, y a los espíritas de hoy les queda mucha labor en ese sentido.

Tomado del Blog "Zona Espírita"

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