Complejidad del Espíritu
por Jacques PeccatteDentro de toda su complejidad, el espíritu humano puede vivir múltiples miserias, ya sean éstas personales, o externas a sí mismo. Puede tener desinterés por la vida, ser depresivo, falto de autoestima, etc. Igualmente puede ser víctima de un entorno que impide todo desarrollo (pobreza, violencia familiar, violencia social, hambre, guerra, etc.). Hay pues cierto condicionamiento, creado a la vez por un psiquismo (equilibrado o alterado) resultante de un pasado cercano o remoto y de un entorno favorable o desfavorable a su equilibrio.
Cada espíritu encarnado lleva el peso de lo que es, de su personalidad, de su carácter labrado por sus vidas pasadas. Lleva igualmente el peso de todo lo que ha hecho su historia en la vida actual desde su nacimiento. Y, dentro de la diversidad de vidas y de recorridos, no hay dos seres humanos idénticos que tengan exactamente las mismas oportunidades o las mismas dificultades. Entonces, antes de hablar del guía, es preciso tener en cuenta en primer lugar la historia y el estado de espíritu de cada uno. Individualmente no somos más que el resultado de nuestra vida actual y de las precedentes.
Esta historia es al mismo tiempo colectiva en la medida en que con frecuencia encontramos de una vida a otra a personas que hemos conocido, con quienes cumplimos una trayectoria a la cual el guía no es extraño, porque él fue un espíritu conocido y amado en una o varias vidas anteriores y a veces igualmente hasta en esta vida actual.
Extractado de la Revista Le Journal Spirite.