El Espiritismo y la Vida
Si el Espiritismo fuera una construcción intelectual más, aunque excepcionalmente valiosa como tantas otras que han contribuido al despertar y la formación de la inteligencia, sería una expresión de lúcidos pensamientos (...). Pero el Espiritismo va mucho más allá. Su potente Filosofía, sólidamente construida a partir de la comunicación espiritual, el trabajo mediúmnico y la mente y mano expertas e inteligentes de Allan Kardec, se refleja en la Vida misma.
Es la fundamentación y explicación de la Vida, del antes, del ahora y del después. Es el señalamiento de su objetivo final, superior, eterno. Es guía sabia para la conducta humana. Por esta razón atiende a todos los aspectos que conciernen a la Evolución porque Evolución es Vida y como tal trasciende lo terreno para alcanzar las esferas más puras de la espiritualidad. Vida es trabajo en la encarnación para aspirar a una reencarnación en un grado superior.
Espiritismo es la filosofía que proporciona las pautas que orientan la tarea, pautas claras, que tan sólo atendiendo a ellas se comprende y se valora de inmediato la verdad y la validez de sus afirmaciones. Imposible no reconocer, entonces, que el noble sentimiento del amor, en todas sus facetas, y de todos hacia todos, es el instrumento más poderoso y eficaz, el que asegura existencias serenas y progresivas en el más digno y placentero de los ambientes espirituales.
La introspección que favorece el autoconocimiento es así el mecanismo por excelencia para la transformación a que de continuo debemos estar resueltos y en la que prioritariamente entra en juego la práctica de las virtudes que, a su vez, aleja lo espurio, lo inferior y denso que dañan y perjudican el avance.
Extractado de la Revista Constancia.