2 de abril de 2019

Nuestro proceso evolutivo y Dios

Nuestro proceso evolutivo y Dios

por Alejandro Mota

Nuestro camino en busca de Dios parece mal haber comenzado. El Libro de los Espíritus nos da una serie de consejos sobre cómo evolucionar de forma más rápida, en la vida en sociedad y en la vida particular, pero dejando siempre claro que una y otra son caras de la misma moneda.

Jesús, por su parte, la referencia más fuerte en el Occidente de ser evolucionado y que, a lo que todo indica ya comprendía a Dios, tuvo su vida registrada en los Evangelios adoptados por los cristianos y allí se puede percibir algo muy singular sobre nuestro camino hacia la dirección Dios: la igualdad.

La historia de Jesús ocurre bien en el tiempo del Imperio Romano, con la Judea ocupada por esa potencia. En todas las intervenciones de Jesús, nunca hubo una provocación política directa, hubo cuestionamientos en cuanto a la conducta de las personas en relación a sus cercanos. El individuo venía primero que el sistema.

¿Entonces, Jesús indica que no debemos involucrarnos con política? Por el contrario, Jesús fue puesto a prueba varias veces y sus respuestas siempre fueron contra la preservación del sistema establecido fuera de los romanos fuera de los judíos, su defensa siempre fue hacia los excluidos: mujeres, niños, ladrones, marginados en general. Sus acciones eran igualitarias. Es decir, un sistema no puede ser validado o remendado si hay asimetría en las relaciones colectivas, en que unos podrían ser juzgados mejores que otros.

Así, pensando en tiempo y espacio y en nuestro infinito incierto, lo que tal vez valga la pena hoy es la dedicación a aquello que nos haga dar un paso más hacia Dios. Vivimos ciclos que tenemos que vencer, muchos personales y muchos colectivos.

En la esfera particular, buscamos el autoconocimiento para trabajar nuestras cuestiones personales; en el colectivo, a partir de la comprensión del concepto de igualdad, existe un campo vasto para criticar los sistemas político y social vigentes, que insisten en la explotación del hombre por el hombre y así perjudican el proceso de evolución de muchos.

Extractado del Blog de la Asociación Brasileña de Pedagogía Espírita.