Investigando el Espíritu
Solo el Amor Importa
por Mercedes Cruz ReyesLos actos humanos deben ser juzgados por la intención que los motiva, no por los efectos que puedan llegar a tener, por fuerza de las cosas. El mal se elimina a si mismo, sin que nadie se erija en justificador. Va creando gérmenes de la propia destrucción, hasta que no puede contenerlos más. Cada uno responde por sus actos, a pesar de que el mal que genere, pueda resultar beneficios para centenares de personas. La vida es una escuela en que contra más se vive, más se aprende. No podemos responsabilizarnos por lo que los otros hacen más allá de los límites de nuestras decisiones, cada hombre siembra, con sus pensamientos y actos siendo la cosecha fruto del tiempo y de la vida.
Este mundo no está a la deriva, ni la propia Naturaleza está abandonada: cuando sus fuerzas naturales llegan a un punto de desequilibrio, ella se autocorrige.
La felicidad no es tener poder, ni vagabundear, ni gozar los placeres de este mundo: La felicidad es tener la conciencia tranquila por el deber cumplido con amor. Solo el amor importa mientras el more en nuestros corazones, ni dolores ni tinieblas perturbaran nuestra paz, porque el es caritativo y perdona, ayuda, soporta, comprende y por encima de todo, nos hace cada vez mejores ante la vida y ante Dios.
Ninguna comunidad puede progresar y vivir en paz cuando las personas que la componen no se respetan mutuamente. Cuando se vive feliz y con respeto, la vergüenza nos ayuda a no violar las reglas de la comunidad. Todo ser humano debe observar rigurosamente el deber y la disciplina, el respeto y la solidaridad. Cualquier función que realicemos hagámosla con amor y haremos brotar de ella nuestro reconocimiento. Debemos respetar las reglas, cumpliéndolas con ese amor y con toda nuestra responsabilidad como hijos de Dios.
Cuando consigamos vencer todos los escrúpulos y perjuicios y nos abracemos con amor, encontraremos al fin del sendero nuestros corazones modificados, pues el amor genera amor y cubre la multitud de nuestros pecados. Cuando el hombre en la Tierra conozca el verdadero potencial de una vibración de amor, de un gesto de fraternidad, de una palabra de consuelo y de perdón, movilizará esa energía, que está dentro de si mismo, para transformarse a si mismo y el mundo que lo rodea pues el amor es la única semilla que produce eternamente.
El amor, el respeto la verdadera fraternidad es la única cosa de valor en este mundo porque nunca mueren y siempre aumentan nuestras riquezas espirituales, nuestra felicidad todo en la vida tiene su razón de ser y cuando podamos penetrar en los recuerdos de nuestro propio pasado, encontraremos muchas explicaciones para las cosas aparentemente inexplicables.
Tomado del Blog "Rincón Espírita"