Todos tenemos el mismo Destino aunque Distintos Caminos
Nuestro organismo sutil, afinado por miles de vidas, vibrará a todos los soplos, voces y llamamientos de la inmensidad, con una memoria que podrá buscar en las edades desvanecidas, que podrá revivir a voluntad todo lo que ella haya vivido. Podremos reunirnos con las almas amadas que han compartido nuestras penas y alegrías.
Nuestros destinos son idénticos. No hay privilegiados ni malditos. Todos recorremos el mismo camino, y, a través de mil obstáculos, lograremos los mismos fines. Aunque somos libres de aminorar o acelerar nuestra marcha, de hundirnos en la ociosidad vidas enteras, tarde o temprano, el sentimiento del deber se despierta, el dolor llega a sacudir nuestra apatía y forzosamente reanudamos nuestra carrera.
La vida actual es, pues, la consecuencia directa, inevitable, de nuestras vidas pasadas, como nuestra vida futura será la resultante de nuestras acciones presentes. Con la ley de la reencarnación, la soberana justicia resplandece sobre los mundos. Todo ser, cuando alcanza el grado suficiente de conciencia, se convierte en el artesano de sus destinos. No tenemos otro juez ni otro verdugo que nuestra conciencia.
Extractado del Blog Sociedad Española de Divulgación Espírita.