Drogas, Holocausto Social
La sociedad humana, a lo largo de los siglos, ha desarrollado hábitos perniciosos que se han cristalizado y difíciles de eliminar.
En la antigüedad, los pueblos tártaros, egipcios, griegos, aztecas y romanos ya conocían los secretos de la fabricación de alcohólicos. En Babilonia, 5000 años AC, la cerveza, que es una bebida fermentada, era conocida.
En Roma, en las fiestas paganas, en el culto a los dioses, el vino merecía un lugar destacado y era tomado exageradamente.
El tabaco, materia prima del popular cigarrillo, viene siendo usado hace más de 2.000 años. Actualmente, se considera una droga psicoactiva que causa dependencia. La nicotina, una de sus muchas sustancias perjudiciales al organismo, rompe el equilibrio neurotransmisor del cerebro ayudando en la elevación del ritmo cardíaco y de la presión arterial.
En el mundo moderno, la "toxicomanía" se convirtió en símbolo de moda y muerte. Hay una permisividad cada vez mayor, en cuanto al envenenamiento del cuerpo con sustancias tóxicas, que al principio producen un estado agradable, pero que, con el uso continuo, exigen el aumento gradual de las dosis que acarrean progresivas perturbaciones físicas y morales.
Las drogas legales o ilegales se consumen ampliamente en una proporción preocupante, marihuana, heroína, LSD, cocaína y crack son nombres conocidos mundialmente. Se estima en 1 billón de dólares el tráfico de estupefacientes, anualmente, en el planeta.
La reversión del cuadro caótico, en que hundió la sociedad, se inicia con la educación, en la que, antes de la libertad, aparece la responsabilidad.
El conocimiento y la vivencia moral son puntos primordiales para la victoria contra ese mal. Los altos índices de homicidio, robo, corrupción y suicidio indican que la comunidad, cuanto más materialista y olvidada de los valores éticos y morales, tiende a ser más desequilibrada y con mayor tendencia a consumir drogas.
El espiritista, conocedor de que los excesos ocasionan procesos terribles de obsesión y que las consecuencias dañinas comprometen importantes centros vitales, luchará para no cultivar esos vicios.
Las drogas, entre otros graves problemas de la humanidad, están accionando el retorno de la criatura a los tristes, violentos y oscuros laberintos de la animalidad.
Extractado del Blog Mundo Espírita.