Vereda Familiar
El Amor Reciproco entre los Miembros de la Familia es Esencial
Por MerchitaLos padres deben hacer una toma de conciencia de sus tremendas responsabilidades, pues si renuncian a su más sagrada tarea de despertar y desenvolver en sus hijos las cualidades cívicas y morales que constituyen el coronamiento de la educación integral, conocerán – mañana, o después – el sinsabor de verlos formar entre aquellos que se situan bajo las diversas modalidades de delincuencia, o con los que a través de las extravagancias de la tristemente famosa “juventud desviada”, manifiestan su cínico desprecio y su total repudio a las mejores conquistas de nuestra Civilización.
El amor reciproco entre los miembros de la familia es esencial para que ella pueda cumplir las nobles finalidades que le están cometidas. “ En el ambiente domestico, el corazón maternal debe ser el exponente divino de toda la comprensión espiritual y de todos los sacrificios por la paz de la familia. Dentro de esa esfera de trabajo, en la más santificada tarea de renuncia personal, la mujer cristiana enciende la verdadera luz para el camino de los hijos a través de la vida”.
Las contrariedades de la infancia fortifican el temperamento de la criatura, para que más tarde, pueda enfrentar las desventuras de la vida humana. Si los miman y apoyan en sus caprichos, mas tarde esos jóvenes vivirán en eternos conflictos con sus relaciones y también con la sociedad. Quien no aprende a dominar sus instintos primarios en la infancia, más difícil le será de adulto. Así como el jardinero corta los gajos inferiores de la buena planta, los padres necesitan eliminar de sus hijos, desde la infancia, los estigmas que aparecen por la fuerza salvaje de la formación animal.
“El trabajo de la mujer es siempre la misión de amor, extendiéndose al infinito”
Él espirita debe comprender el gran papel de la Humanidad; comprender que, cuando producen un cuerpo, el alma que en la encarna viene del espacio para progresar; enterarse de sus deberes y poner todo el amor en aproximar a Dios ese alma; Tal es la misión que se le es encomendada y cuya recompensa recibiera; si fielmente se cumple. El cuidado, la educación que se le dé auxiliaran su perfeccionamiento y su bienestar futuro.
Recordemos que a cada padre preguntara Dios: ¿que hiciste del hijo confiado a tu cuidado? Si por culpa vuestra se conservó atrasado, tendréis como castigo, verle entre los espíritus sufridores, cuando de vosotros dependía que fuese dichoso.”
Tomado del Blog "Rincón Espírita"