Guía y Libre Albedrío
por Jacques PeccatteA veces se ve el testimonio de personas que dicen estar bien guiadas, porque han atravesado muchas dificultades sin tropiezos. ¿Habría entonces unos guías mejores que otros? Dicho de otra manera, ¿guías buenos y malos? Dentro del desconocimiento de las relaciones con el más allá, algunos todavía pueden creer que los éxitos y las bondades de la vida están en función del valor y la calidad del guía. Habría que concluir entonces que todos los humanos que sufren o que viven en la miseria, están desatendidos y mal guiados, lo cual sería un contrasentido ante la inmanente justicia divina.
Este caricaturesco razonamiento viene de una idea también simplista: se quiere creer ingenuamente que con su influencia el guía podría evitarnos todas las dificultades de la vida y que tendría todo el poder para dirigirla. La realidad es muy otra, en la medida en que el papel del guía no es decidir en lugar de su protegido. Por medio de su influencia sutil, acompaña, vigila, trata de insuflar buenos consejos, buenas intuiciones que sean favorables a su desarrollo. Pero, él jamás está seguro de ser escuchado y seguido en su papel de consejero. Todo depende de la receptividad inconsciente del protegido y de su buena voluntad en asumir su vida.
Extractado de la Revista Le Journal Spirite.