Faltaban Seis Meses (Octubre 1856)…
De EditorialEl 4 de octubre de 1804 encarnó Denizard Rivail, quien luego se dio a conocer como Allan Kardec. Por lo tanto el 4 de octubre de 1856 el profesor Rivail cumplió 52 años. Faltaban seis meses para que aquel maduro profesor iniciara una revolución filosófica sin precedentes; sin precedentes por la índole de los impulsores del proyecto (espíritus desencarnados) y por la enorme trascendencia del contenido de esa revolución, que provocaría:
Una visión de Dios y su Obra, como nunca antes se había formulado. Desde aquel momento solo cabe una idea de la Divinidad como la de una fuerza (¿?) máximamente inteligente y absolutamente justa.
Una espléndida concreción de la teoría de la reencarnación; convirtiéndola en la pieza maestra de esa nueva doctrina espiritualista.
No podemos saber cuales debían ser los sentimientos de Denizard Rivail en esos momentos en que estaba culminado el trabajo previo a la publicación de “El Libro de los Espíritus”. Siendo como era un hombre sereno y práctico, debía estar revisando con toda minuciosidad el futuro contenido de esa magnífica obra, sin dejarse vencer por el recelo a una negativa reacción del mundo erudito de su época.
En “Obras Póstumas” podemos darnos cuenta de la gran implicación del colectivo de espíritus superiores que colaboraban e impulsaban ese evento. Así, en una comunicación medianímica fechada el 11 de septiembre de ese año 1856, podemos leer:
Después de haber dado lectura a algunos capítulos de “El Libro de los Espíritus” concernientes a las leyes naturales, el médium escribió espontáneamente:
Has comprendido perfectamente el objeto de tu trabajo; el plan está bien concebido; nosotros estamos contentos de ti. Continúa, pero, sobre todo, cuando la obra esté terminada, llámanos que nosotros te diremos si la has de imprimir y propagar. Es de una utilidad general. Nosotros estamos satisfechos y no nos separamos de ti. Cree en Dios y adelante. (VARIOS ESPIRITUS).
“Nosotros estamos satisfechos y no nos separamos de ti”. Estas palabras debieron suponer un gran estímulo para el profesor Rivail. Saber que sus mentores espirituales concordaban con el plan de la obra debía darle gran tranquilidad de espíritu y así afrontar esos últimos seis meses con optimismo y con fe en el éxito del emprendimiento.
Extractado del Boletín Flama Espírita.
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