11 de julio de 2019

Enseñar a los Niños los Principios del Espiritismo es Deber de los Padres

Educación en el Hogar

Enseñar a los Niños los Principios del Espiritismo es Deber de los Padres

por José Herculano Pires

La educación espírita comienza en el hogar. En las familias espiritas es deber de los padres iniciar a los hijos en los principios doctrinarios desde temprano. La falta de comprensión de la doctrina hace que ciertas personas piensen que los niños no deben preocuparse con el asunto. Estas personas se olvidan de que sus hijos necesitan de orientación espiritual y que esta orientación será tanto más eficiente cuanto más temprano les fuere dado. Kardec, en un trecho de la Revista Espírita, cuenta como en Francia, en su tiempo, la educación espírita en el hogar comenzaba a producir maravillosos efectos.

Será preciso no olvidar que los niños son espíritus reencarnados, espíritus adultos que se visten, como enseña Kardec: «con el ropaje de la inocencia» para volver a la Tierra e iniciar una vida nueva. Los espíritus que se reencarnan en familias espiritas llegan a este medio para recibir desde temprano el auxilio que necesitan. Los padres que, con el pretexto de respetar la libertad de escogencia de quien aún no puede escoger, o de no forzar a los hijos a tomar un rumbo seguro en la vida, dejan de iniciar a los hijos en el Espiritismo, estarán faltando con sus deberes más graves.

Enseñar a los niños el principio de la reencarnación, la ley de causas y efectos, la presencia del ángel-guardián en sus vidas, la comunicabilidad de los espíritus y así por delante, es un deber inalienable de los padres. Pensar que esto puede asustar a los niños es crear temores innecesarios e ignorar que los niños ya traen consigo el germen de estos conocimientos y también que están más próximos del mundo espiritual que los adultos.

Descuidar la educación espírita de los hijos será negarles la verdad. El mayor patrimonio que los padres podrán legar a los hijos es el conocimiento de una doctrina que les garantizará la tranquilidad y la orientación cierta en el futuro. Los padres que temen dar educación espírita a los niños no tienen una noción exacta del Espiritismo y por esto mismo no confían en el valor de la doctrina que abrazan.

Tomado del Blog "La Weblog Espírita de Mari"

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