VI Congreso Espírita Mundial 2010 - Jean Paul Evrard
“Las Leyes Morales”
Todas las leyes de la naturaleza son leyes divinas, ya que Dios es el autor de todas las cosas. El sabio estudia las leyes de la materia, el hombre de bien estudia las del alma y las practica. Entre las leyes divinas, unas rigen el movimiento y las relaciones de la materia bruta: son las leyes físicas; su estudio es del dominio de la ciencia. Otras conciernen especialmente al hombre en sí mismo y a sus relaciones con sus semejantes y con Dios. Ellas comprenden las reglas de la vida del cuerpo, así como las reglas de la vida del alma: son las leyes morales.
La ley de Dios está escrita en la conciencia de los hombres. Por esta razón, todos nosotros podemos conocerla, pero todos no la comprenden; los que la comprenden mejor son los hombres de bien y los que quieren buscarla; sin embargo, todos la comprenderemos algún día, porque es necesario que el progreso se cumpla.
El amor al prójimo, enseñado por Jesús, es una enseñanza que resume la ley de Dios. Esta máxima encierra todos los deberes de los hombres entre sí; pero hace falta mostrarles su aplicación, de otro modo la descuidarán como lo hacen hoy. Los hombres todavía necesitan reglas precisas; las ideas generales y demasiado vagas dejan demasiadas puertas abiertas a la interpretación.
Nuestro mundo ha llegado al final de un sistema, el período de transición anunciado. Desde un mundo de sufrimiento, nosotros entramos progresivamente en un mundo de regeneración. Esta transición no se hará sin grandes trastornos, a veces dolorosos …cuando la Filosofía Espírita sea bien comprendida, nuestra forma de ver la vida y de enseñar será diferente. La enseñanza de las matemáticas, de la ciencia, de la biología, de la química, no será ya más abordada desde un punto de vista materialista. Los estudios, cualesquiera que estos sean, no se llevarán a cabo únicamente como un medio para obtener una ganancia financiera. La pedagogía vista desde el punto de vista Espírita será una pedagogía humanista que tendrá en cuenta los intereses de todos y, sobre todo, se impartirá con el único propósito de hacer evolucionar todo el planeta y no sólo para nuestro interés personal y a menudo egoísta.
La investigación de todo tipo no se verá obstaculizada por la falta de recursos financieros pues la meta no será ya material, sino simplemente para ampliar el conjunto de conocimientos y para aportar saber y bienestar a nuestra humanidad a fin de llevarla cada vez más lejos en su proceso evolutivo. El trabajo ya no será considerado una necesidad o una obligación, será considerado como un deber y un deseo de contribuir al bienestar general. El hombre tendrá sed de conocimientos, ¡pues habrá comprendido la meta, por no decir la misión, por la cual él reencarnó aquí en la Tierra!
Seamos fuertes e inflexibles con nuestras debilidades y llenos de misericordia hacia nuestros hermanos. Seamos inflexibles con ese ser, nuestro ser que más de una vez tropezará de nuevo y que tendremos que levantar una y otra vez. Preparemos este mundo donde el Amor con “A” mayúscula, reinará absolutamente, ese mundo que será finalmente convertido en paraíso donde el hombre podrá dedicarse totalmente al estudio del universo, al estudio de Dios. Este Dios de amor que nos ha creado y hacia el cual volveremos un día, cuando hayamos aprendido a “Amar”.
Centenario del nacimiento de Francisco Cándido Xavier, “Contribuciones de su Obra Psicográfica”: “Ejemplo de vida” e “Impacto de la Obra en el mundo”.
Extractos de "Revista Espirita FEE"
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