El Discurso Que Abruma Y El Diálogo Que Enriquece
La Costumbre (Más Bien: Mal Hábito) de Ir por Ahí Adoctrinando
Por LumenSin ninguna sombra de duda, el espírita más auténtico no es quien más sabe de esta ciencia, sino quien mejor la ha interiorizado (aunque menor sea su instrucción académica).
A veces toca llegar a los demás por la vía de lo institucional (encuentros, publicaciones, congresos, ponentes ilustres, etc), y todos nuestros esfuerzos deben encaminarse hacia eso, pero, al mismo tiempo, no deberíamos reducir las posibilidades a esto.
Igual sucede con lo local (el centro espírita y sus actividades), y tomar como referencia exclusiva la opinión del dirigente o el modus operandi del grupo. A veces toca ir más allá y olvidarnos de instituciones, centros o divulgadores consagrados… para recolocar todo esto en contextos más amplios, incluso más inmediatos; como los que nos requieren en la calle, en el círculo de nuestras relaciones, etc.
La costumbre (más bien: mal hábito) de ir por ahí adoctrinando deja un rastro de lección aprendida, de artificiosidad, que va a convencer a muy pocos.
No sepultemos nuestra “marca” personal, el criterio propio y la espontaneidad, pues harán que nuestro diálogo sea más auténtico y lo que defendemos, más cercano. Una cosa es que siempre reconozcamos la riqueza del trabajo en equipo (es imprescindible), y otra aborregarse y no pensar o actuar por sí mismo (todas las veces que sean necesarias).
Avanzaremos más en la medida en que prescindamos de la retórica. Los espíritas que más calan en los demás son los que echan a un lado el discurso e irradian desde su campo íntimo.
Gracias por la atención prestada y mucha paz.
Tomado del Blog "Zona Espírita"
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