23 de julio de 2019

Todo se Une y Eslabona en el Universo

Formación y Propiedades del Periespíritu

Todo se Une y Eslabona en el Universo

por Allan Kardec.

El medio siempre guarda relación con la naturaleza de los seres que en él viven: los peces lo hacen en el agua, los seres terrestres en la atmósfera, los seres espirituales en el fluido espiritual o etéreo, mismo sobre la Tierra. El fluido etéreo es para las necesidades del espíritu lo que la atmósfera para las necesidades del encarnado. Ahora bien, al igual que los peces no pueden vivir en el aire, ni los animales terrestres en una atmósfera demasiado rarificada para sus pulmones, los espíritus inferiores no soportan el esplendor ni la impresión de los fluidos más etéreos. No morirían al contactarse con los mismos, porque los espíritus no mueren, pero una fuerza instintiva los mantiene alejados, como nosotros nos apartamos de un fuego demasiado vivo o de una luz que ciega. He aquí por qué no pueden salir del lugar apropiado a su naturaleza. Para cambiar de medio tendrán que modificarla a fin de estar conforme a él: deberán despojarse de los instintos materiales que los mantienen sujetos a los mundos físicos. En resumen: si se depuran y transforman moralmente se irán identificando en forma gradual con medios más depurados, y esta transformación moral terminará por convertirse en una necesidad, así como los ojos de quien ha vivido largo tiempo en las tinieblas se habitúan paulatinamente a la luz del día y al brillo del Sol.

Todo se une y eslabona en el Universo. Todo está sujeto a la importante y armoniosa ley de unidad, desde la materialidad más pura. La Tierra es como un lodazal del que escapa un humo espeso que se va aclarando a medida que se eleva y cuyas partículas dispersas se pierden en el espacio infinito. El poder divino se manifiesta en todos los cuadros de tan grandioso conjunto. ¡Y se quisiera que Dios, para probar mejor su poder, viniese a enturbiar tamaña armonía rebajándose al papel de un mago, brindando efectos pueriles dignos de un prestidigitador! ¡Y por añadidura, se le crea un rival en habilidades: Satanás! No se podría disminuir más a la majestad divina, y, sin embargo, ¡aún se sorprenden del avance de la incredulidad! Tenéis razón en decir: “¡La fe se va perdiendo!” Mas, la fe que se extingue es aquella que molesta al buen sentido y a la lógica, esa fe que otra época llevó a decir: “¡Los dioses se alejan!” Pero la fe en las cosas serias, en Dios y en la inmortalidad del alma permanece viva en el corazón del hombre, y si fue sofocada a raíz de las historias pueriles con que se la abrumó, resurge fortalecida desde el instante en que se libera, como una planta enferma se anima cuando vuelve a encontrarse el Sol. Sí, todo es milagroso en la Naturaleza, porque todo es admirable y testimonia la sabiduría divina. Tales milagros son para todos, para quienes tienen ojos para ver y oídos para oír y no en beneficio de unos pocos. ¡No!, no hay milagros, según el sentido que se da a esta palabra, porque todo surge de las leyes eternas de la Creación y porque tales leyes son perfectas.

Extractos del Libro "El Génesis", por Allan Kardec.

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