Un Día Crucial (18 de abril de 1857)
Comunicación del 12 de junio de 1856, y Firmada por el Espíritu de Verdad
por Editorial¿Qué pensamientos debían pasar por la mente del profesor Rivail aquel 18 de abril de 1857? ¿Qué emociones debió sentir ya bajo el nombre de Allan Kardec? No podemos saberlo. Probablemente fuera una mezcla de satisfacción por aquel primer paso importante dado; de expectación ante la reacción a su libro y de un cierto vértigo ante la amplia tarea que ya debía vislumbrar. En cuanto a este último punto, y en textos de “Obras Póstumas”, podemos ver con qué seriedad, e incluso dureza, sus mentores espirituales le advertían de sus responsabilidades ante la tarea a realizar:
“La tarea es ruda, te lo prevengo, porque has de agitar, remover y transformar al mundo entero. No creas que sea suficiente el que escribas uno, dos ni diez libros para conseguirlo, ni que luego te quedes disfrutando de reposo; nada de eso: sublevarás contra ti enemistades terribles; enemigos encarnizados se conjugarán para perderte; serás objeto de la malquerencia, de la calumnia, de la traición misma de aquellos que te parecerán los más leales; tus mejores instrucciones serán desconocidas y desnaturalizadas , y más de una vez caerás rendido de fatiga; en una palabra, será una lucha constante y personal la que habrás de mantener, y a ella tendrás que sacrificar tu reposo, tu tranquilidad, tu salud y hasta tu vida, porque sin esa lucha vivirías más largo tiempo”, (comunicación obtenida el 12 de junio de 1856, y firmada por el Espíritu de Verdad).
Y en otro trecho de esa misma comunicación: “No olvides que puedes triunfar como puedes sucumbir; en este último caso, otro te reemplazaría, porque los designios de Dios no descansan sobre la cabeza de ningún hombre. No hables, pues, jamás de tu misión: éste será el mejor medio para que no sucumbas. Ella no puede ser justificada sino por el cumplimiento de las obras, y tú no las has comenzado todavía”.
Extractos del Boletín "Flama Espírita"
MI COMENTARIO
Los cambios profundos no son fáciles. Es muy probable que un porcentaje importante acepte la novedad, luego ese porcentaje se reduzca a la mitad y quede un largo tiempo un mínimo porcentaje con esa expresión o idea que surgío con mucho ímpetu pero luego fue menguando casi a punto de desaparecer.
Pero lo que desaparece para siempre es algo que se creyó en un principio como importante y luego con el tiempo cayó en el olvido total.
Este no es el caso del Espiritismo. Si bien estamos hoy en una etapa de porcentajes de conocimiento bajo, esta filosofía no desaparecerá nunca porque tiene mucha importancia y conocimientos.
Vendrá una nueva etapa donde florecerá con mucho esplendor y seguramente de manos de nuevos difusores. Los fundadores de distintas corrientes Espíritas conocidos actualmente, quedarán como antecesores de una nueva ciencia que tal vez se denomine Espiritulogía, o sea estudio del Espíritu. Una ciencia donde participen personas de cualquier religión o camino espiritual y no solo los cristianos.
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