2 de agosto de 2019

El Alma

Extracto del discurso en Sociedad Espírita Española del 19 de abril de 1872

El Alma

por José Navarrete

Concepto fundamental del alma es el tema puesto a discusión en esta Sociedad, y yo voy a comenzar afirmando su existencia, al deciros que una de las impresiones más gratas que ha sentido la mía, fue la del pensamiento de tomar parte en una discusión pública para defender el espiritismo, cuyo nombre quisiera yo trocar por el de CIENCIA DEL ESPÍRITU, a fin de que la ciencia de la inteligencias, o de las concepciones; la ciencia del espíritu, o de los sentimientos; y la ciencia de la materia, o de los hechos, formaran, enlazadas, la ciencia única, como forman el cuerpo uno, la inteligencia que concibe, el espíritu que siente y la materia que hace, que algo son la inteligencia y el espíritu, algo real, porque todo es algo.

Algo es la palabra que parte de ajenos labios y traspasa nuestros órganos auditivos y penetra en nuestro taller intelectual, y sin embargo, nosotros no vemos esa palabra; es algo el oxígeno que dentro de una probeta hace más viva la luz que se introduce en aquella atmósfera, y no lo vemos; es algo el ázoe que en la campana neumática asfixia el pájaro que allí se encierra, y el ázoe no se ve; algo es el perfume de la azucena; es algo la fuerza que sujeta a los cuerpos no enclavados en ella, sobre la superficie de la tierra; y gravedad y aroma son invisibles.

Creemos y no los vemos, en el aire, en el oxigeno, en el ázoe, en la electricidad, en el perfume, en la gravedad, en la voz; creemos que todos estos fluidos invisibles existen real y positivamente. Y bien, cuando cerramos los ojos, y sellamos los labios, y hablamos dentro de nosotros mismos, y formulamos palabras, y frases, y periodos, y discursos; ¿qué lengua es la que habla? ¿de qué sustancia es el pensamiento que allí se formula? porque ese discurso es algo como el que suena materialmente; ¿en qué sustancia se van encarnando los pensamientos que no es la sustancia aire en ondas sonoras que se llama voz?

Esa sustancia es, señores, el espíritu, la fuerza espíritu, que yo no me asusto de la palabra fuerza, sin embargo de creer en la preexistencia del ser y en su desenvolvimiento progresivo en esferas superiores; la fuerza espíritu, que formula el pensamiento que recibe de la inteligencia y se le comunica a la boca, y pone en juego los órganos materiales que producen las ondas sonoras que llamamos palabras y son ya materia (Bien). Pero esto es divagar, señores, y es preciso empezar por el principio.

Extractos de "Revista La Revelación Año 1872", por Allan Kardec.

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