Acción de los Espíritus sobre los Fluidos
Por los Fluídos, un Alma puede Leer en otra, al Igual que en un Libro
por Allan Kardec.El pensamiento del espíritu crea fluídicamente los objetos que utilizaba habitualmente: un avaro manipulará oro, un militar mostrará sus armas y uniforme, un fumador su pipa, un labriego su carreta y bueyes y una anciana su rueca. Estas representaciones fluídicas son tan reales para el espíritu, ser fluídico él mismo, como los objetos materiales lo son para el hombre; pero, como son creaciones del pensamiento, su existencia es tan efímera como lo es la de un determinado pensamiento.
Los fluidos son el vehículo del pensamiento. Éste actúa sobre aquellos como el sonido lo hace sobre el aire. Los fluidos transmiten el pensamiento como el aire lo hace con los sonidos. Se puede decir que hay en esos casos fluidos ondas y rayos de pensamientos que se entrecruzan sin confundirse, como hay en el aire ondas y rayos sonoros. Más aún: Cuando el pensamiento crea imágenes fluídicas, éstas se reflejan en la envoltura periespiritual como en un espejo: allí toman cuerpo y se podría decir que son fotografiadas. Si un hombre, por ejemplo, piensa matar a otro, por más impasible que parezca su cuerpo material, su pensamiento pone en acción al cuerpo fluídico, el cual reproduce todos los matices; ejecuta fluídicamente el acto que tiene el propósito de realizar; el pensamiento crea la imagen de la víctima, la escena entera aparece como en un cuadro, tal cual está allá en su espíritu.
Vemos que los movimientos más secretos del alma repercuten en la envoltura fluídica, y así es como un alma puede leer en otra al igual que en un libro y ver lo que no es perceptible por medio de los ojos corporales. No obstante, viendo la intención, puede presentir el cumplimiento del acto que habrá de cumplirse, pero no podrá determinar en qué momento se llevará a cabo ni precisar los detalles ni siquiera afirmar qué ocurrirá, ya que circunstancias ulteriores pueden modificar los planetas urdidos y cambiar las disposiciones. No puede ver lo que aún no está en el pensamiento; lo que ve es la preocupación habitual del individuo, sus deseos, sus proyectos y propósitos buenos o malos.
Extractos del Libro "El Génesis", por Allan Kardec.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Haz un comentario