28 de agosto de 2019

Retrato del Cuerpo Mental

Cuerpo Espiritual

Retrato del Cuerpo Mental


Para definir de alguna manera al cuerpo espiritual es preciso considerar, antes que nada, que no es un reflejo del cuerpo físico, dado que, en realidad, es el cuerpo físico el que lo refleja, de la misma manera que él mismo, el cuerpo espiritual, es a su vez el retrato del cuerpo mental, que preside su formación.(*)

Desde el punto de vista de la constitución y función con que se caracteriza en la esfera inmediata el trabajo del hombre, después de la muerte, el cuerpo espiritual es el vehículo físico por excelencia, con su estructura electromagnética, algo modificado en lo relacionado con los fenómenos genésicos y nutritivos, pero conforme, sin embargo, con las adquisiciones de la mente que lo maneja.

Todas las alteraciones que presenta después del período cuna-sepulcro, se establecen sobre la base de la conducta espiritual de la criatura, que se despoja del andamiaje terrestre para continuar su jornada evolutiva en otros ciclos de la experiencia.

Claro está, por tanto, que él es el santuario vivo en que la conciencia inmortal prosigue su manifestación incesante más allá de la tumba, con su formación sutil, urdida con recursos dinámicos, extremadamente porosa y plasmática, en cuya organización las células, en otra franja vibratoria y con un sistema de permuta visceralmente renovado, se distribuyen, más o menos similarmente a las partículas coloidales, con la respectiva carga eléctrica, comportándose en el espacio según su condición específica y presentando estados morfológicos conforme al campo mental a que se ajusta.

(*) El cuerpo mental, señalado por diversos estudiosos, es el envoltorio sutil de la mente que, por ahora, no podemos definir con más amplitud de conceptos de aquellos con que ha sido presentado por los investigadores encarnados, y esto por falta de terminología adecuada en los diccionarios terrestres. [Nota del Autor espiritual].

Extractos del Libro "Evolución en dos mundos", por André Luiz-Chico Xavier


MI COMENTARIO
Nuestro cuerpo físico es la impresión de nuestro periespíritu y a la vez este cuerpo sutil es el resultado de la psiquis o mente del Espíritu.
El cuerpo espiritual o periespíritu nunca lo perdemos como si ocurre con el cuerpo carnal. El cuerpo espiritual nos acompaña eternamente y va sufriendo los cambios que nuestra esencia le va a ir imprimiendo a medida que evoluciona.
El cuerpo mental, uno de los tantos cuerpos en que se divide al periespíritu, vendría a constituir el verdadero YO del que habla la psicología. Es nuestra esencia, es la psiquis del Espíritu, es la mente o metafóricamente, aquel cuerpo que la envuelve.


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