El Misterio de la Muerte
El Misterio de la Muerte y el Despertar de la Humanidad
Por: Oscar M. García RodríguezEstoy plenamente convencido – convicción compartida por infinidad de personas en todo el mundo – que vivimos un tiempo crucial, un tiempo que plantea a cada ser humano de la presente generación una elección consciente de lo que quiere que sea su vida en adelante. Por eso ésta es una época difícil, a la par que increíblemente interesante; no en vano en ella se decide, en gran medida, el futuro de la humanidad.
Pero para poder elegir con conocimiento de causa, es decir, conscientemente, ¿qué se precisa? Es necesario que todas las opciones sean puestas, por decirlo así, sobre la mesa, al alcance de todos, para que cada cual pueda sopesar por su cuenta y riesgo, con verdadera libertad, las diferentes alternativas que tiene ante sí.
Esta es una época donde la Verdad aparece con el disfraz de la mentira y la mentira se confunde con la Verdad, donde todo es y debe ser necesariamente cuestionado. Y de la crisis y el derrumbe del sistema de referencias hasta ahora vigente, surge esa incontenible marea humana que vemos en nuestros días a la búsqueda de alternativas válidas. Mientras un viejo paradigma muere, un nuevo paradigma parece querer brotar de entre sus escombros.
Nuestra época se asemeja a un gran mercado bullicioso, en el que confluyen las tres grandes calles de la historia: el pasado, el presente y el futuro. Al ser humano de hoy no sólo se le pide que alcance un determinado grado, se le exige que demuestre la lucidez y capacidad necesarias para reconocer la Verdad allí donde ésta se encuentre, para descubrir y cultivar las semillas del Nuevo Renacimiento en medio de un gran carnaval… Nuestra época es un reto, un desafío, sí, pero también y sobre todo, una gran esperanza.
El descubrimiento de lo que oculta el misterio de la muerte y lo que hay más allá, representa uno de los factores definitorios de lo que podríamos llamar la Nueva Conciencia. Llegar a conocer de verdad lo que entraña este enigma supone para el ser humano liberarse de la tutela interesada de las organizaciones religiosas tradicionales, conformadas durante siglos más como estructuras de poder, sustentadoras de un determinado orden socioeconómico, que como movimientos auténticamente emancipadores de las conciencias.
Tomado del Blog "Grupo Espírita de La Palma"
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