15 de septiembre de 2019

Los Ensueños y las Desincorporaciones Nocturnas

¿Por que Soñamos?

Los Ensueños y las Desincorporaciones Nocturnas

por Catherine Gouttière

El sueño es de alguna manera una pequeña muerte diaria pues cada noche, cuando el cuerpo físico descansa, el espíritu acompañado por su periespíritu se desincorpora, es decir, escapa momentáneamente de su cuerpo físico para regenerarse en el más allá. En ese momento está siempre conectado a su cuerpo físico por un lazo fluídico, que permite al cuerpo conservar su vitalidad, lazo que si se rompe significa la muerte. El espíritu necesita nutrirse con el fluido cósmico para equilibrar su vida física. Un espíritu encarnado en la materia, que no se evadiera nunca de su cuerpo físico, sería llevado a la muerte o a un coma prolongado, por falta de fluido. Los médicos nazis en los campos de la muerte, entre otras torturas, estudiaron la capacidad del hombre para no dormir.

Este género de experiencias debía servir a los soldados del ejército alemán. Es así como numerosos prisioneros, pobres víctimas de su barbarie y de sus pseudoexperiencias científicas, murieron por falta de sueño. Este retorno a las fuentes del más allá, dura por término medio dos horas no consecutivas correspondientes a la fase del sueño paradójico. Según las observaciones realizadas por medio de un electroencefalograma, se ha comprobado que en estas fases del sueño, el trazo es prácticamente idéntico al que produce el cerebro de un individuo cuando está despierto y en plena actividad.

Durante estas escapadas nocturnas, la pared que forma la materia del cuerpo físico se disipa, el espíritu percibe entonces en forma telepática lo que le rodea. El pensamiento es una vibración que puede transmitirse entre dos personas, bajo la forma de imágenes o de sentimientos sin comunicación escrita, oral o gestual. Esta telepatía es una función natural en el espíritu, ya sea que esté encarnado o desencarnado. Es, pues, el modo natural de comunicación de los espíritus entre ellos.

En esta fase de sueño paradójico, al principio de la desincorporación, el espíritu aún está cerca de su cuerpo físico. Podrá tener percepciones telepáticas y captar informaciones o imágenes. Estos ensueños son de una gran diversidad, según el grado de desdoblamiento del espíritu. Luego lo imprimen en el cerebro material, y es por eso que, a veces podemos conservar el recuerdo al despertar.

Extractos de "Revista Constancia"

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