22 de octubre de 2019

La Mediumnidad en la Juventud y en la Vejez

Concepto de Mediumnidad

La Mediumnidad en la Juventud y en la Vejez

por José Herculano Pires

El tercer ciclo o etapa, luego de la infancia y la adolescencia, ocurre generalmente en el paso de la adolescencia a la juventud, entre los dieciocho y veinticinco años. Es el tiempo, en esa fase, de los estudios serios del Espiritismo y de la Mediunidad, así como de la práctica mediúmnica libre, en los centros y grupos espíritas. Si la mediumnidad no se definió debidamente, no se debe tener preocupaciones. Hay procesos que demoran hasta la proximidad de los 30 años, de la madurez corporal, para la verdadera eclosión de la mediumnidad. Basta con mantenerlo en conexión con las actividades espíritas, sin forzarlo. Si no revela ninguna tendencia mediúmnica, lo mejor es darle acceso a actividades sociales o asistenciales. Las sesiones de educación mediúmnica (impropiamente llamadas de desarrollo) se destinan sólo a médiums ya caracterizados por manifestaciones espontáneas, por lo tanto ya desarrolladas.

Hay todavía un cuarto ciclo, correspondiente a mediúms que sólo aparecen después de la madurez, en la vejez o en su aproximación. Se trata de manifestaciones que se hacen posibles debido a las condiciones de la edad: debilitamiento físico, permitiendo más fácil expansión de las energías periespiríticas; la mayor introversión de la mente, con la disminución de actividades de la vida práctica, estado de apatía neuropsíquica, provocado por los cambios orgánicos del envejecimiento.

Estos factores permiten un mayor desprendimiento del espíritu y su relación con entidades desencarnadas. Este tipo de mediumnidad tardía tiene poca duración, constituyendo una especie de preparación mediúmnica para la muerte. Se restringe a fenómenos de videncia, comunicación oral, intuición, percepción extra-sensorial y psicografía. Aunque es una preparación, la muerte puede tardar varios años, durante los cuales el espíritu se adapta a los problemas espirituales con que no se preocupó en el correr de la vida. Estos hechos comprueban el concepto de mediumnidad como simple modalidad de la relación hombre-espíritu. Kardec recuerda que el hecho de que el espíritu esté encarnado no lo priva de relacionarse con los espíritus liberados, de la misma manera que un ciudadano encarcelado puede conversar con un ciudadano libre a través de las rejas.

No se trata de las conocidas visiones de moribundos en el lecho mortuorio, sino de típico desarrollo tardío de mediumnidad que, por la completa integración del individuo en la vida carnal, imantado a los problemas del día a día, no logró aflorar. Su manifestación tardía recuerda el adagio de que los extremos se tocan. La vejez nos devuelve a la proximidad del mundo espiritual, en posición semejante a la de los niños.

Tomado del Blog "O Blog dos Espíritas"

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