28 de noviembre de 2019

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Vicios sociales

Después de la Muerte Física, el Deseo del Vicioso se Intensifica.

por Sebastián de Arauco

Otro de los enemigos del hombre, causante de muchas desdichas humanas, es el alcohol, especialmente en los hogares de la gente de menor cultura. No el alcohol propiamente, que tiene muchas aplicaciones útiles; sino el uso y abuso de las bebidas alcohólicas, que está tomando incremento en la clase trabajadora y siendo ya causa de muchos males, como la delincuencia, accidentes personales y de automóvil, y otros muchos que mantienen las cárceles llenas de infelices que directa o indirectamente hasta allí el alcohol los ha llevado.

No vamos a analizar los diversos aspectos de este vicio degradante, por demás conocido por vosotros, ni las consecuencias humanas, ya que resultaría muy extensa esta exposición. Pero sí, es necesario traer a vuestro conocimiento algo que es ignorado y que es causa principal de tanto vicio, especialmente alcohólico.

Como conocéis ya, todo ser humano al desencarnar, lleva consigo sus gustos, tendencias, sentimientos y vicios; pues, la muerte del cuerpo orgánico no destruye los deseos, ya que estos no son físicos sino psíquicos.

Después de la muerte física, cuando el vicioso se encuentra sin cuerpo carnal que le facilita el acceso a los medios de satisfacción del vicio, en este caso la bebida, su deseo se intensifica. Y aquellos que desencarnan víctimas de este vicio, al comienzo se desesperan al no poder saciar ese deseo. Y sufren angustias mayores que la privación en la vida de la carne, ya que ésta es un atenuante. Y en el caso del vicioso alcohólico, no puede elevarse y va a los lugares donde acostumbraba a beber, e intenta tomar el vaso de vino o licor de los que están tomando, lo que es causa de desesperación al no poder conseguirlo.

Entonces, se acerca a los que están bebiendo y hace esfuerzos por absorber el olor que, aunque no le sacia le alivia un poco, ya que en los vapores del alcohol va contenida la parte etérica del alcohol. Y cuando el alcohol pasa a la sangre, comienza la volatización hasta alcanzar la forma etéreo astral que esos viciosos desencarnados succionan por el aura del bebedor. Prácticamente, es una acción de vampirismo, ya que además succionan la vitalidad de la víctima. Y en los casos de borrachos habituales, la obsesión llega a anular la voluntad del bebedor.

Si pudiéseis apreciar las escenas grotescas en los bares y locales donde expenden las bebidas alcohólicas, os asustarían, os causaría horror ver como entidades elementales desencarnadas, viciosas, se aglomeran y precipitan sobre los bebedores succionando y tratando de absorber los vapores del alcohol. Generalmente se apegan a una persona de voluntad débil a quien inducen (obsesionan) a beber, empujándolo (mentalmente) hacia bares, tascas, etc..

Extractos de "Revista Amor, Paz y Caridad".

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