El Valor del Cuerpo
por José Herculano PiresEl desconocimiento del tema lleva a muchas personas a pensar que en el Espiritismo el cuerpo material es menospreciado. Al contrario de eso, el cuerpo es valorado como instrumento de trabajo indispensable a la evolución del espíritu. Condena, sí, el envilecimiento del cuerpo, el apego a él para fines puramente hedonistas. Los que hacen del cuerpo un simple instrumento de placer desvirtúan su finalidad. Por otro lado, los que lo desprecian o lo someten a torturas inútiles, asfixiando sus impulsos vitales en la búsqueda de una superioridad espiritual ilusoria y egoísta, se tornan mezquinos y atentan contra las leyes de Dios.
Los trastornos de la afectividad, los desvíos sexuales, las frustraciones y los impedimentos en el campo genético, en la vida presente, son consecuencias de abusos y comportamientos perversos del pasado, en el plano de la reencarnación. Quien hoy los soporta está sometido a procesos correctivos indispensables al reequilibrio en las futuras encarnaciones. Dios no castiga. Dios corrige a través de la ley de acción y reacción.
La sexualidad, de la que el sexo es sólo una expresión, es un complejo de potencialidad a disposición del espíritu. El propio Freud, acusado de pansexualismo (*) en su interpretación del hombre, reconoció la posibilidad de sublimación de las potencialidades sexuales. El hombre que se esclaviza al sexo lo envilece. El que lo domina, puede sublimar sus poderes criadores, emplearlos en las más firmes realizaciones de la existencia.
Si alguien está impedido de tener hijos, no lo estará de criarlos en los diversos sectores de la actividad humana. Kardec y Amélie Boudet no tuvieron hijos, pero legaron al mundo la doctrina de renovación y recriación de los valores humanos.
El Espiritismo nos hace comprender la razón de las inhibiciones terrenas y la conveniencia de superarlas, en beneficio de nuestro propio equilibrio futuro. No es el cuerpo el responsable de los trastornos, sino el espíritu, o lo que es lo mismo decir, nosotros mismos, pues no somos cuerpo y sí espíritu.
(*) Doctrina que considera toda la actividad psíquica proveniente del instinto sexual, manifiesto desde que nace la criatura.- Nota del Autor
Extractos del Boletín "Flama Espírita"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Haz un comentario