La oración: Manantial de recursos saludables
En los últimos diez años, se han dado a conocer diferentes estudios llevados a cabo por médicos e investigadores en relación a los beneficios de la meditación, de la vivencia religiosa y el poder de la oración en el mantenimiento y la recuperación de la salud, ya sea física o mental Son conocidos, por haberse publicado en varios medios, los estudios llevados a cabo por el American Heart Institute de Kansas (EE.UU.) y publicado en la revista Archives of Internal Medicine sobre 990 pacientes. Este trabajo reveló recuperaciones asombrosas, con una menor estancia hospitalaria en los pacientes encomendados a las oraciones. Resultados similares se reflejan en otro estudio pilotado por el Centro Médico Rabin (Israel) y publicado en el British Medical Journal. En él se constata que la oración produce cambios significativos en la evolución de la enfermedad, hasta tal punto que repetir una plegaria ayuda a la relajación, a la vez que reduce la presión arterial y los ritmos metabólicos, cardíacos y respiratorios.
La oración produce cambios significativos en la evolución de la enfermedad, hasta tal punto que repetir una plegaria ayuda a la relajación, a la vez que reduce la presión arterial y los ritmos metabólicos, cardíacos y respiratorios.
Por otro lado, investigadores del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Indiana, en Bloomington (Estados Unidos) han demostrado «mejoras sorprendentes» si se ora por los pacientes. Pero no sólo eso, sino que la efectividad de la oración es proporcional a la cercanía del paciente. Orar, por lo tanto, manteniendo el contacto físico con el paciente, sería doblemente eficaz. En este estudio, tras analizar a 14 personas con discapacidades auditivas y a otros 11 con problemas de visión, se observó una mejoría en sus deficiencias tras haber recibido una oración de intercesión cercana. Por poner ejemplos, dos personas con problemas de oído mejoraron su audición, mientras que otros tres pacientes mejoraron sus dioptrías. Herbert Benson, quien dirige el Instituto Mind-Body en la Universidad de Harvard, lleva desde hace 30 años estudiando el poder de la oración y se ha focalizado específicamente en el efecto que tiene sobre el cuerpo la meditación, forma budista de rezar. A lo largo de este tiempo ha podido verificar, que todas las formas de oración producen una respuesta de relajación que combate el estrés, calma el cuerpo y promueven la salud. Sus estudios, que han sido documentados a través de la resonancia magnética verifican los cambios que se producen en el cerebro, fundamentalmente en los lóbulos temporales y parietales, así como en el sistema límbico, cuando oramos o meditamos. Resulta que el efecto sobre los neuro-transmisores, provoca la liberación endógena de dopamina en el cuerpo estriado ventral lo que redunda en un fabuloso estado de bienestar, relajación y paz.
Extractado de la Revista Espirita FEE.