25 de marzo de 2019

ALBERT SCHWEITZER


ALBERT SCHWEITZER 

MÉDICO Y FILÓSOFO


La compasión tiene muchas acepciones: misericordia, clemencia, ternura, piedad, solidaridad, etc. Todas ellas nos hablan de expresiones de amor y caridad desde distintas posiciones. Por ejemplo, cuando hay que impartir justicia, la clemencia es un valor en alza. El ejercicio del poder conlleva responsabilidad, pero también la capacidad de perdonar y tener misericordia engrandecen a aquel que las practica. La piedad con el vencido es otro aspecto que permite al vencedor ejercer la compasión en una alta expresión de amor al prójimo.

Y por último, la solidaridad como expresión de la compasión es también un valor responsable que, ejercido desde los más nobles sentimientos, nos impele a ayudar al necesitado, al desamparado o a aquel que más precisa de nuestra ayuda material, espiritual o de cualquier índole.

La comprensión de las leyes espirituales que rigen la vida superior, es decir, la vida del espíritu cuando está encarnado, nos hace entender que muchas de las personas que precisan de compasión, misericordia y ayuda es debido a deudas del pasado que han de saldar. Lejos de tomar distancia al respecto y pensar que las desgracias son merecidas, la ley del amor nos impele a ayudar por encima de todo, pues es en esos momentos cuando la persona desamparada necesita del ejemplo que ella misma -probablemente- no tuvo en su momento, a fin de poder apreciar el valor de la ayuda desinteresada y de la caridad bien entendida.

Además, la oportunidad de servir a nuestros semejantes debería ser para nosotros motivo de agradecimiento a Dios por permitirnos ayudar y de esta forma, conquistar los valores del amor y la caridad que todavía tenemos muy poco desarrollados. En estos casos, somos instrumentos de Dios para ayudar a sus criaturas más necesitadas en la Tierra. Y esta es una oportunidad de progreso para nuestra alma que no debemos desaprovechar bajo ningún concepto.

Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para que seamos su amor y su compasión por los pobres.

Extractado del Blog Amor, Paz y Caridad.