Los centros de fuerza o Chakras
El vehículo periespiritual está regido por siete “Centros de fuerza” o “Chakras” según el lenguaje de Oriente.
André Luíz, este espíritu de Luz que se comunicaba con Chico Xavier, nos confirma los siete “puntos energéticos” del Organismo Psicosomático con él lo define:
EL CORONARIO, percibiendo en primer lugar los estímulos del espíritu, es el principal, donde se almacenan las experiencias quedando en el subconsciente, sede y domicilio de la mente o consciencia. Por eso, al investigar sobre vidas pasadas se encuentra la información.
Controla el sistema nervioso. Coincide con la atrofiada glándula pineal y nos comunica, una vez en completo desarrollo, directamente con el plano mental. Su vivificación da esa aureola de luz amarilla que los antiguos pintaban alrededor de la cabeza de los santos. Su despertar total permite al ser salir y entrar en el cuerpo físico con toda claridad y pleno conocimiento de ello.
EL FRONTAL, situado entre las cejas, ordena las percepciones que en el cuerpo físico constituyen la visión, la audición, el tacto y la vasta red de procesos de la inteligencia con relación a la palabra, a la cultura, al arte, al saber. Nos ofrece también la visión de planos de seres mucho más elevados, y en el inicio de esta facultad solo se perciben, junto a la sensación de la presencia de alguien, colores y vagas formas vaporosas, que poco a poco se van definiendo, pudiéndose ver claramente la forma y naturaleza de la videncia.
A continuación destacamos el CENTRO LARINGEO que preside los fenómenos vocales. Su fuerza controla las actividades del timo (glándula endocrina), de la tiroides y de la paratiroides, así como la palabra, los tonos y la respiración. Une el pensamiento con la emoción y riega el cerebro con sus rayos.
Después identificamos el CENTRO CARDIACO que sustenta los servicios de las sensaciones, la emoción, el altruismo, la nobleza, el amor y el equilibrio general. La circulación de la sangre es otro de sus cometidos.
Prosiguiendo, señalamos el CENTRO ESPLÉNICO que en el cuerpo físico está situado en el bazo, controlando el páncreas y regulando la distribución adecuada a los recursos vitales por todos los rincones del vehículo que nos servimos. En otra función hace recordar los viajes astrales que efectuamos mientras dormimos. Una vez desarrollado este centro nos da la posibilidad de poder viajar astralmente siendo conscientes de ello.
A través del CENTRO GÁSTRICO, llamado PLEXO SOLAR porque es radiante como un sol, se verifica el estomago y la asimilación de los alimentos, así como todo lo relacionado con el intestino y riñones. Cuando se despierta el cuerpo astral hace percibir toda clase de influencias astrales, tanto si son positivas como si son negativas. Esta es la causa de que las contrariedades, los odios, los deseos de venganza, cualquier sensación pasional intensa, se sienta precisamente en la parte que vivifica este centro, es decir en la alteración y el “retorcimiento” del estómago y los intestinos.
Y, por fin, tenemos el CENTRO GENÉSICO. Es el templo “modelador de formas y estímulos”. Situado en la parte de los genitales, le concierne todo lo relacionado con el sexo.
Extractado del Sitio Asociación de Estudios Espíritas de Madrid.