Cómo Aprender a Gestionar la Culpa y Evitar Sentirnos Siempre Culpables
Aprender a gestionar la culpa, y nuestro sentimiento negativo respecto a nuestros errores, puede ser de gran alivio y una estrategia psicológica para crecer, sin sabotearnos a nosotros mismos.
El sentimiento de culpa es una consecuencia del remordimiento que podemos llegar a sentir, cuando herimos a una persona ya sea por medio de alguna ofensa o sin que ésta haya sido nuestra intención.
En las personas con conciencia, este sentimiento opera indistintamente de que la ofensa se haya hecho de manera intencionada o no.
La culpa opera en lo que denominamos la parte de la conciencia humana, confrontándonos y condenándonos por las acciones, omisiones o, inclusive, por pensamientos que en alguna forma vayan en contra de cierto código de valores que tenemos en nuestras mentes ya inculcadas.
Esta se convierte en el mejor indicador que nos señala la realidad de que hay maneras correctas de hacer las cosas y maneras incorrectas, ya que nos evidencia que hemos hecho algo inapropiado y adicionalmente nos lleva a valorar lo que sienten las demás personas y el alcance de nuestras acciones.
La culpa y el remordimiento
En nuestras relaciones interpersonales, dejando a un lado todo lo referente a creencias y cuestiones de fe de cada quien, luchamos internamente contra ambos sentimientos; tratando en alguna manera de reparar el daño hecho, ya sea pidiendo disculpas o reconociendo nuestra equivocación.
Ambos sentimientos obedecen al llamado que nos hace nuestra conciencia, cuando hemos provocado en nosotros mismos una colisión entre el deber ser de la conducta que interiorizamos y lo que en efecto, hemos hecho y nos mortifica.
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