El Espiritismo Cumple con Respecto al Consolador Anunciado
por Allan Kardec.El Espiritismo, muy lejos de negar o de destruir al Evangelio viene, al contrario, a confirmar, explicar y desarrollar, por las nuevas leyes de naturaleza que revela, todo lo que hizo y dijo Cristo; ilumina las partes oscuras, de tal modo que aquellos para quienes ciertas partes del Evangelio eran ininteligibles, o parecían inadmisibles, las comprenden ahora sin dificultad con la ayuda del Espiritismo, y las admiten; ven mejor el alcance, y pueden separar la realidad de la alegoría; Cristo les parece más grande: ya no es simplemente un filósofo, es un Mesías divino.
Si se considera, además, la fuerza moralizadora del Espiritismo por el fin que asigna a todas las acciones de la vida, por las consecuencias del bien y del mal que pone ante nuestros ojos; la fuerza moral, el coraje, los consuelos que da en las aflicciones por la inalterable confianza en el futuro, por el pensamiento de tener cerca de sí a los seres a quien se amó, por la seguridad de verlos de nuevo, por la posibilidad de mantenerse con ellos, por fin por la certeza de que todo lo que hace, de que todo lo que adquiere en inteligencia, en ciencia, en moralidad, hasta la última hora de su vida, no está perdido, que todo se aprovecha para el adelanto, reconocemos entonces que el Espiritismo cumple todas las promesas de Cristo con respecto al Consolador anunciado. Entonces, como es el Espíritu de la Verdad quien dirige el gran movimiento de la regeneración, la promesa de su advenimiento se encuentra también cumplida, porque, por los hechos, es él el verdadero Consolador.
Extractos del Libro "Caracteres de la Revelación Espirita", por Allan Kardec.
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