1 de agosto de 2019

La Mediumnidad y las Afinidades

La Mediumnidad y las Afinidades

por Dante López

La mediumnidad bien utilizada, en un grupo afinado afectiva e intelectualmente, puede producir resultados altamente satisfactorios y gratificantes.
El fenómeno de la comunicación entre los planos espiritual y material existió siempre. Pruebas de ello hay en todas la culturas y tiempos: brujos en el hombre primitivo, sacerdotisas en la Grecia antigua, fenómenos inexplicables en todos los tiempos.

¿Cuál fue el gran hallazgo del Maestro Lyonés? Aplicar un método y controlar el fenómeno mediúmnico de manera que pueda ser utilizado con precisión y conducido hacia el resultado esperado.

Esto requiere de ciertas características del conductor: la firmeza, la dulzura y el conocimiento necesarios para llevar al fenómeno mediúmnico a la naturalidad que tiene. Es sencillo decirlo pero arduo el camino a recorrer para lograrlo.

Primero hay que tener en cuenta que gravitan varias cuestiones delicadas. La más importante es la afinidad: la concurrencia de intenciones produce el atractivo necesario para los espíritus que se acercarán.

Están en juego allí los valores de los integrantes del grupo de trabajo, que deben profundizar su autoconocimiento e identificar las capacidades y las carencias de cada uno, para que en su identificación dejen de gravitar sobre la función que les toca cumplir.

Es fundamental generar un ambiente de armonía, construyendo una verdadera relación afectiva y de valoración mutua que servirá de base para el trabajo, y que exista un reconocimiento de las funciones de cada integrante y el respeto al lugar que cada uno ocupa .

Un grupo así constituido se convierte en un verdadero “anillo energético” que protege y contiene a la mediumnidad y permite el verdadero control del fenómeno para el logro de objetivos precisos.
Luego viene la etapa de identificación de la característica de los espíritus que se atraen. Allí vuelve a gravitar la ley de afinidad. Sabemos que hay infinidad de espíritus deseosos de comunicarse, con objetivos trascendentes y también vanos. Si los espíritus que se presentan no son los que esperamos, hay que trabajar internamente para ver qué característica del grupo está atrayendo a esos espíritus. La observación y el análisis serán vitales a la hora de elegir con qué espíritus nos queremos relacionar y para qué.

Por todas estas razones el trabajo previo del grupo se vuelve esencial. En la intención estará la diferencia, en la conducción estará la firmeza, en la humildad rendirá la mediumnidad.
La mediumnidad bien utilizada, en un grupo afinado afectiva e intelectualmente, puede producir resultados altamente satisfactorios y gratificantes. A la manera de Kardec, con estudio, observación, método, trabajo y humildad, buscando las resultados en la corrección de los detalles más finos, hasta que esos resultados aparezcan.

Tomado del Blog "América Espírita"

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