Ángeles y Demonios
¿Existen Demonios, en el Sentido que se Da a esta Palabra?
por Allan Kardec.No necesitamos otra prueba que este pasaje:
“Pero luego, después de las tribulaciones de aquellos días, el sol se obscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y las potestades de los cielos temblarán. En verdad os digo, que esta generación no pasará sin que todas estas cosas se hayan cumplido”.
¿No hemos visto que la forma del texto bíblico ha sido contradicha por la Ciencia en lo que se refiere a la Creación y al movimiento de la Tierra? ¿No puede ocurrir lo mismo con ciertas figuras empleadas por Cristo, que debía hablar de acuerdo con los tiempos y los lugares? Cristo no podía decir, conscientemente, una cosa falsa. Así, pues, si en sus palabras hay cosas que parecen chocar con la razón, es porque no las comprendemos o las interpretamos mal.
Los hombres hicieron con los demonios lo mismo que con los ángeles; de la misma forma que creyeron en seres eternamente perfectos, tomaron a los Espíritus inferiores por seres perpetuamente malos. Por la palabra demonio debe entenderse Espíritus impuros que con frecuencia no valen más que las entidades designadas con ese nombre, pero con la diferencia que su estado es transitorio. Son los Espíritus imperfectos que murmuran contra las pruebas que deben soportar y por esto mismo las soportan por más tiempo; pero, llegarán, a su vez, a salir de ese estado, cuando así lo quieran. Pudiera, pues, aceptarse la palabra demonio con esta restricción. Pero como es entendida en sentido exclusivo, podría inducir en error haciendo creer en la existencia de seres especiales creados para el mal.
Con relación a Satanás, es evidentemente la personificación del mal bajo una forma alegórica, porque no puede admitirse un ser malo que lucha de potencia a potencia con la Divinidad y cuya única preocupación es la de contrariar sus designios. Precisado el hombre de figuras e imágenes para impresionar a su imaginación, ha pintado a los seres incorporales bajo forma material con atributos que recuerdan sus cualidades y defectos. Así es como, queriendo los antiguos personificar el tiempo, lo pintaron con la figura de un anciano portando una guadaña y un reloj de arena; la figura de un hombre joven sería un contrasentido.
Lo mismo se verifica con las alegorías de la fortuna, de la verdad, etc.
En la época moderna se ha representado a los ángeles o Espíritus puros con una figura radiante, con alas blancas, símbolo de la pureza y a Satanás con dos cuernos, garras y demás atributos de las bestias, emblemas de las pasiones bajas. El vulgo que toma las cosas literalmente, ha visto en esos emblemas a un individuo real, como en otro tiempo a Saturno en la alegoría del Tiempo.
Extractos del Libro "El Libro de los Espíritus", por Allan Kardec.
MI COMENTARIO
No existen diablos o demonios en el sentido que lo manifiesta la Iglesia. Jesús hablaba por parábolas debido a la ignorancia de los tiempos y de las personas que solo entendían al bien y al mal representados por entidades supremas. Pero es cierto que algunos seres que han vivido bajo la maldad al desencarnar sus espíritus quedan anclados en el bajo astral o inframundo con una conducta que podriamos denominar endemoniada o endiablada, como descripción alegórica.
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