14 de agosto de 2019

Luz y Calor

Fluido Cósmico

Luz y Calor


Los mundos, o campos de desarrollo del alma, con sus diversas manifestaciones de materia y variada expresión vibratoria, siempre bajo el influjo de los Tutores Espirituales, son arrullados por irradiaciones luminosas caloríficas, sin referirnos a otras fuerzas de distintas especies que son enviadas desde el espacio cósmico sobre la Tierra y el hombre, a efecto de garantizarles la existencia y la estabilidad.

Tenemos así, por tanto, la luz y el calor que, teóricamente, clasificamos entre las irradiaciones nacidos de los átomos proveedores de energía. Son éstos que, excitados en su íntima estructura, despiden sus ondas electromagnéticas.

Sin embargo, no obstante haber investigado con relativa seguridad las realidades de la materia, definiendo la naturaleza corpuscular del calor y de la luz, y aunque sepamos que otras oscilaciones electromagnéticas –insospechadas por nosotros– se asocian en la inmensidad universal, por debajo del infrarrojo y más allá del ultravioleta, completamente fuera de la zona de nuestras percepciones, confesamos, con humildad, que no sabemos aún nada de lo referente a la generación de la luz y cuál será la fuerza que provoca la agitación inteligente de los átomos, impulsándoles a producir irradiaciones capaces de lanzar ondas en el Universo a la velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, prefiriendo reconocer, con toda humildad, nuestra obligación de estudiar y progresar siempre en el hálito divino del Creador.

Extractos del Libro "Evolución en dos mundos", por André Luiz-Chico Xavier


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