6 de septiembre de 2019

De Cuando Los Obsesores Empezaron A Acampar

De Cuando Los Obsesores Empezaron A Acampar

Por Myriel

Las voces del cielo vinieron a traer la tea de la conciencia, a iluminar la oscuridad de nuestro opaco mundo, a dar sustento a la fe de miles de personas, a dar consuelo; a tranquilizar y serenar los ánimos ante lo adverso, a dar fuerzas para cambiar la sociedad; para buscar las respuestas propias de la existencia humana.
Los espíritus amigos cuidan por nosotros desde el otro plano. Son los amigos invisibles. Siempre han estado ahí. A lo largo de todos los tiempos. Ellos han hecho posible las comunicaciones más increíbles a través de médiums que no sabían que lo eran. Es la otra humanidad trabajando, desde el otro plano. También en constante renovación.
Por afinidad nos conectamos en unas u otras sintonías. Pero ah, qué cansado es escuchar siempre que los puñeteros obsesores andan sueltos, son peor que el coco, con el cual atemorizan a los neófitos, estos espíritas que siempre los tienen en boca, proyectando su propio conflicto psicológico sobre las demás personas. “Conócete a ti mismo”, “Con la vara que midieres serás medido”, etc. Frases que van al vacío; que no son para lanzar como jabalinas contra todo quisqui, sino para compartir y meditar. Si tanto se venera a Sócrates, bien se sabrá que él no la dijo, y que si se la dijeron, la aplicó con mesura a través del diálogo (mayeútica) para ir comprendiendo.

Nuestros actos, revestidos de necesidades imperantes, conscientes o no, nos incitan al movimiento, éstos son la forma de adquirir la experiencia, el conocimiento de la vida. Nuestros actos no están comandados ni por nuestros guías ni por los “malvados obsesores“, tenemos libre albedrío para actuar. Según nuestras intenciones atraeremos un tipo de simpatías, al igual que nos ocurre en el plano material con las personas que nos rodean. Si te gusta el fútbol te rodeas de forofos, si te gusta el teatro conoces a gente con los mismos gustos, tan simple y sencillo como esto. Querer ver más, es satanizar con rigideces morales arcaicas, impropias a nuestro estado evolutivo espiritual.
El Espiritismo es una doctrina de amor en acción, y esta acción cada cual la siente de un modo o manera. Esclarecedora, pero ante todo esperanzadora y de consolación. Nada de tenebrismos que no hacen sino dar una sensación más propia del “Infierno de Dante”, que de la serenidad que da saber que la vida no termina, sino que continúa. Tan sencillo como saber, que al igual que una pajita metida en un vaso con agua, se nos antoja partida por la diferencia de medio; así es el espíritu entre este plano y el otro, una misma continuación, pero en un medio más liviano.

La vida es un misterio que el espíritu inmortal necesita paladear. El valle de lágrimas un lodazal de autoconmiseración.

Tomado del Blog "Zona Espírita"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Haz un comentario