En el Período de Humanización el Espíritu comienza a Tener Conciencia

¿Cómo Surgen las Almas o Espíritus?

En el Período de Humanización el Espíritu comienza a Tener Conciencia

En el período de la humanización el Espíritu comienza a tener conciencia de su futuro, capacidad de distinguir el bien del mal y la responsabilidad de sus actos.
¿Ese período de humanización comienza en la Tierra? "La Tierra no es el punto de partida de la primera encarnación humana. El período de la humanización comienza, generalmente, en mundos aún inferiores a la Tierra. Esto, sin embargo, no constituye regla absoluta, pues puede suceder que un Espíritu, desde su inicio humano, esté apto para vivir en la Tierra. No es frecuente el caso; constituye una excepción.

En el cap. Libro VI Génesis , Kardec, Galileo (Espíritu) confirma lo que acabamos de leer que indica que el Espíritu no viene para recibir la iluminación divina, que se da tanto con el libre albedrío y la conciencia, la noción de su alto destinos sin haber pasado la serie divinamente fatal de seres inferiores, incluyendo prepara lentamente la labor de su individualización . Sólo a partir del día en que el Señor le imprime en la frente su tipo augusto, el Espíritu toma lugar en el seno de las humanidades.
Gabriel Delanne y otros autores, como André Luiz, ratificaron tal entendimiento, lo que nos permite concluir que es pasando por los diversos grados de la animalidad que el Espíritu se ensaya para la vida y desarrolla, por el ejercicio, sus primeras facultades.
Llegado, entonces, al grado de desarrollo que ese estado comporta, él recibe las facultades especiales que constituyen el alma humana, hecho que elucida, según nuestro entendimiento, la duda que nos ha sido presentada.


Tomado del Blog "Espiritismo Siglo XXI"

No se a que se refiere el autor con "Sólo a partir del día en que el Señor le imprime en la frente su tipo augusto, el Espíritu toma lugar en el seno de las humanidades."
En definitiva la evolución se va incrementando hasta que el principio espiritual puede pasar a la etapa humana sin necesidad de que Dios haga absolutamente nada, puesto que todo ya está previsto desde siempre en la Ley Divina.