¿Por qué Existe la Infancia?
La pregunta que da título a este texto fue formulada por un lector.
La infancia es una fase de adaptación necesaria al Espíritu que retorna a la existencia corpórea.
Presente en los diferentes mundos, ella es, sin embargo, menos obtusa en los planetas más adelantados.
Recién salido del mundo espiritual, donde gozaba de mayor libertad y disponía de mayores recursos, el Espíritu se ve, durante esa fase, en dificultades para expresar plenamente sus pensamientos y manifestar sus sensaciones.
En ese período de la vida, en que el Espíritu se ve limitado en su libertad, la infancia es una demostración de la misericordia de Dios, que le propicia una doble ventaja:
1er. El Espíritu gana el tiempo indispensable para prepararse para las futuras y difíciles tareas de la nueva existencia corpórea.
2º. Por la fase que atraviesa, revestido de la sencillez y la inocencia comunes a todos los niños, despierta en los padres y en el núcleo al que pertenece simpatía, interés y buena voluntad, lo que facilitará el desempeño de sus tareas en el mundo.
Sabemos que, al desarrollarse, el niño presentará, en los años que siguen, las tendencias y defectos morales inherentes a su verdadero adelanto espiritual, pero éste podrá, sin ninguna duda, ser sensiblemente modificado por la influencia recibida, desde la cuna, padres y personas encargadas de educarla.
Reencarnando bajo la forma inicial de un niño, el Espíritu es más accesible, durante el período infantil, a las impresiones que recibe, capaces de ayudarle el adelantamiento, para lo cual deben contribuir las personas investidas de esa tarea.
La importancia de esta fase es enfatizada por Emmanuel en el libro El Camino, la Verdad y la Vida de la siguiente manera:
"La juventud puede ser comparada a la esperanzada salida de un barco para un viaje importante.
La infancia fue la preparación, la vejez será la llegada al puerto.
Tanto la fase inicial como la siguiente-observa Emmanuel- exigen las lecciones de marineros experimentados, con que el Espíritu reencarnado aprenderá a organizarse y, de ese modo, concluir el viaje con el éxito deseable.
Tomado del Blog "Espiritismo Siglo XXI"
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