26 de diciembre de 2019

La Explicación Lógica de las Desigualdades Intelectuales y Morales.

El Problema de la Existencia del Mal y Gabriel Delanne

La Explicación Lógica de las Desigualdades Intelectuales y Morales.

por David Santamaría

Me he esforzado en el curso de esta obra en presentar al lector los hechos, de diversa naturaleza, que parecen probar científicamente la demostración de las vidas sucesivas.

Habiendo omitido voluntariamente las enseñanzas que los espíritus nos han dado sobre la gran ley de la evolución espiritual, debo ahora resumirlas sumariamente, a fin de que pueda apreciarse su importancia y su grandeza.

Con inesperada claridad iluminan el problema del destino humano, ofreciéndonos soluciones nuevas sobre la naturaleza divina y sobre el verdadero destino reservado a todos los hombres. (…)

“Con inesperada claridad” nos iluminan sobre esas elevadas cuestiones, siempre y cuando sepamos aproximarnos a ellas con el valor de enfrentar los prejuicios que la sociedad acostumbra a tener con relación a las mismas. Y, también, con el valor necesario para enfrentar los prejuicios y los miedos propios. No podemos olvidar que quien acepta el Espiritismo, deberá cambiar hábitos y actitudes obligatoriamente, de forma paulatina.

A las clásicas pruebas relativas a la demostración de la causa primera, ha venido el espiritismo a añadir una nueva, en cierto modo experimental, que nace de nuestras relaciones con los espíritus desencarnados. De una manera irrefutable el estudio de las comunicaciones espiritas nos ha probado que la situación del alma después de la muerte, está regida por una ley de justicia infalible, según la cual cada ser se encuentra en condiciones de existencia rigurosamente determinadas por su grado evolutivo y por los esfuerzos que para mejorarse ha realizado.

No podría sintetizarse con más precisión esa formidable idea de una justicia infalible, incompatible con cualquier sobrenaturalismo, y directamente conectada con el grado de responsabilidad personal modulada por la propia realidad evolutiva.

Nuestras relaciones con el Más Allá nos han hecho saber que no existe cielo, ni infierno, pero que la ley moral impone sanciones ineludibles a los que la han violado, mientras reserva dichas sin límites* a los que se han esforzado en practicar el bien en todas sus formas. (Véase “El Cielo y el Infierno”, de Allan Kardec, donde se hallará la justificación de estas afirmaciones. Consúltese también “El Libro de los Espíritus”, en el que está sintetizada la doctrina espirita).

Extractos del Boletín "Flama Espírita"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Haz un comentario