1 de marzo de 2019

¿Honrando la muerte?

¿Honrando la muerte?

por Herculano Pires.

Las religiones podrían haber prestado un gran servicio a la Humanidad si hubiesen colocado el problema de la muerte en términos naturales. Mas, nacidas de la magia amamantadas por la mitología, solo hicieran complicar las cosas. En las civilizaciones agrarias y pastorales, gracias a su contacto permanente con los procesos naturales, la muerte era encarada sin complicaciones. Los rituales suntuosos, los ceremoniales y sacramentos surgieran con el desenvolvimiento de la civilización, en el zarpe de la imaginación creadora. Más tarde, para satisfacer el deseo de sobre vivencia, surgió la monstruosa arquitectura de la muerte, con mausoleos, pirámides, momificaciones, que permitían la ilusión del cuerpo conservado y de la permanencia ficticia del muerto sobre la tierra y de los gusanos. Morir, ya no era morir, sino metamorfosearse, volverse momia en los sarcófagos o terror maléfico en los misterios de la noche. Las momias, por lo menos, tuvieran utilidad posterior, como vemos en la Historia de la Medicina, sirviendo para los efectos curadores del polvo de momia. Y cuando las momias se acabaron, no encontrándose ninguna para remedio, surgieron los fabricantes de momias falsas, que suplían la falta del polvo milagroso. Los muertos socorrían a los vivos en la forma encantada del polvo de pirimpimpim.

Conceptos Extractados de "Educación para la Muerte", por Herculano Pires.