1 de marzo de 2019

Humanidad en tercer milenio

¿Qué podemos afirmar, a ciencia cierta, del devenir del planeta y de la humanidad en tercer milenio?

por Jaime Rodríguez Lara.

Podemos afirmar que estarán regidos por le ley inexorable y universal de la evolución, en cuyo proceso él Ser Individual y el Ser colectivo son arrastrados de manera irreversible hacia estados cada vez más complejos, pero a la vez de mayor autonomía, de mayor lucidez, de mayor eficacia, de mayor sabiduría y de mayor armonía universal, adquiriendo y reforzando cada vez más los hábitos del bien!

Imaginémonos que en 1.901 un ilustre analista europeo que llamaré Hans Peíer, hizo un breve balance del progreso científico y tecnológico logrado gracias al trabajo inteligente, metódico y concadenado, realizado por hombres ilustres en el transcurso del siglo XIX.

Nosotros, empezaba diciendo, recibimos del siglo XVIII el barco de vela, la pólvora, la imprenta, la máquina de vapor inventada por James Watt en 1776 que fue la iniciadora de la era Industrial en Inglaterra, también heredamos la mecánica del ilustre genio Isaac Newton, las bases de la Química moderna sentadas por Lavoisier en 1772, etc., y seguía la enumeración. Pero, continuaba Hans, hemos legado al siglo XX: el barco a vapor, el tren y el automóvil, la fotografía, la litografía, la máquina de escribir, y además un rico bagaje de conocimientos y de descubrimientos científicos como las leyes de la Termodinámica, la teoría de la evolución de las especies; las vacunas de Pasteur, la teoría del Electromagnetismo, sintetizado magistralmente por J.C. Maxwell; un centenar de átomos identificados y clasificados; el electrón, los rayos X y la radiactividad; las primeras estructuras moleculares, etc.

Suponemos ahora, que el documento de Hans, cayó en manos de un investigador estudioso de la historia de las ciencias, lo leyó y decidió completarlo agregando lo que a él le pareció que han sido los legados científicos-tecnológicos para el siglo XXI . el avión, el helicóptero, las naves espaciales, los satélites artificiales y los submarinos atómicos; la energía nuclear, la bomba atómica y de hidrógeno y sus consecuencias; el chip o procesador digital, el computador, el fax, el Internet y el teléfono celular; los plásticos y la fibra óptica; la ingeniería biogenética y la clonación; la resonancia magnética, los transplantes de órganos, la biónica, la rebotica, la informática y un océano de informaciones que sumergen a la humanidad; la globalización, el sida, las generaciones de la cocaína y otras drogas, los antibióticos y los antivirus, etc. No nos hemos referido a los legados sociales, religiosos, éticos, políticos y económicos que han marcado nuestro siglo XX.

Extractado del Blog Amanecer Espírita.