22 de julio de 2019

La Inteligencia Emocional

La Inteligencia Emocional

por Dante López

La Educación solo debe contemplar aspectos Intelectuales.
Actualmente está poniendose énfasis también al Desarrollo de las habilidades emocionales y la autoestima.
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Daniel Golemann abrió el debate sobre este importante campo de investigación que revolucionó el concepto de Inteligencia. La inteligencia emocional se incorporó como tema de estudio a las relaciones sociales, empresarias, educativas y en todos los ámbitos de actuación de donde hay falta integración de conocimientos, valores, sentimientos, emociones. No alcanza con una buena capacidad intelectual para triunfar en la vida y ser feliz. Es necesario dar importancia al autoconocimiento, el autocontrol, la integridad y la capacidad de comunicarse con eficacia, entre otras características descriptas por Golemann, en las relaciones con nuestros semejantes.

En los niños sienten que son comprendidos y que confiadamente son guiados por el afecto de sus sacerdotes, maestros, y otros, se les ha dado una nueva vida renovada de la educación y la transmisión de conductas y valores: adultos, desarrollan un sentido de seguridad y confianza en sí mismos que forman la base para el desarrollo de su autoestima ".
La habilidad para manejar emociones de forma apropiada se debe a partir de los primeros años de vida, ya que las emociones se expresan desde el nacimiento. Un niño amado será un niño con confianza en sí mismo, un niño seguro.

Si a estos conocimientos le agregamos los principios espíritas, veremos algo mal que un niño. Estamos asistiendo a una nueva visión del ser humano: la de un mismo ser que atraviesa diferentes fases, y al que no podemos ver en forma separada como niño, joven el adulto. El espíritu encarnado es una totalidad que necesita ser entendida, acompañada y apoyada a lo largo de su vida.

Es necesario ver a los seres como parte de un proceso histórico individual y social: nos equivocamos cuando comparamos al niño de hoy con el niño que fuimos. Acercaremos lo que vemos como un espíritu que ha decidido compartir con nosotros una parte de su evolución.
Cuando aceptamos la responsabilidad que está conlleva, debemos evaluar en forma consciente el entorno familiar y social que compartimos con él, para brindarle las mejores condiciones de desarrollo con la seguridad que nos brinda el espíritu espírita.

Tomado del Blog "América Espírita"

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