Extracto de Entrevista a Jon Aizpúrua 3/4
Realizada en septiembre de 2001 por el Grupo Espírita de Guatemala, y publicada en la Revista Espírita Nueva Generación
Si usted tuviese la oportunidad de conversar con Allan Kardec, ¿qué le diría? y ¿qué le preguntaría?
Asumiendo la posibilidad de esta encantadora hipótesis, le expresaría a Kardec, en primer término mi admiración por su obra extraordinaria, por su sensatez y su talento, y haría patente mi gratitud por habernos enseñado el camino hacia la comprensión de la realidad espiritual, no con recursos teológicos sino en el propio ámbito de la razón y de la ciencia.
Aprovecharía, por supuesto, tan singular oportunidad para formularle preguntas sobre diversos aspectos, relacionados con su vida, con su obra, con su pensamiento y con su visión del porvenir. Alrededor de su vida, como suele ocurrir con la mayoría de los grandes hombres, hay numerosas lagunas y hasta contradicciones, por lo que sería una excelente ocasión para despejarlas. Le preguntaría cuál es su opinión acerca de las pretensiones que muchos de sus seguidores tienen de convertir al Espiritismo en una secta religiosa, cristiana y evangélica, contraviniendo sus definiciones. En fin, intentaría explorar a fondo su pensamiento acerca de diversos asuntos científicos, filosóficos, sociales, morales, de acuerdo con la óptica espírita, y tomando en cuenta la impresionante velocidad con que los cambios en todos los órdenes sacuden al mundo.
Si tuviese que realizar propuestas concretas de aspectos que deben actualizarse, a su criterio, ¿cuáles serían?
Ya la C.E.P.A. ha producido un buen número de trabajos de investigación y reflexión al respecto. Está claro que las bases del Espiritismo, fundadas en sus principios esenciales, mantienen su plena vigencia, porque se trata, de hechos, de leyes de la naturaleza. No está en discusión la existencia del espíritu, su evolución en vidas sucesivas o la comunicación mediúmnica, pero sí es cierto que desconocemos mucho acerca de la naturaleza del espíritu y de sus leyes, o de los mecanismos de la reencarnación o del acoplamiento mediúmnico, y sobre eso hay profundizar e ir más allá de lo que originalmente enseñaron los espíritus o plantearon los clásicos de nuestra doctrina.
Kardec formuló numerosas preguntas a los espíritus y éstos dieron sus respuestas, a tono con sus propias concepciones. Hoy, a la altura de los nuevos avances científicos y tecnológicos, es evidente que a los espíritus habría que formularles muchas otras y distintas preguntas, y surgirían así otros enfoques. No aparecen en los libros de Kardec, ni podrían aparecer, cuestiones de psicoanálisis, física relativista o cuántica, biología molecular, ingeniería genética, comunicación satelital, etc., y el Espiritismo debe actualizarse ante esos y muchos otros conocimientos modernos.
Y en lo relacionado con el lenguaje que se emplea, está más que comprobada la urgencia de actualización, sustituyen palabras que son impropias a la luz de las conquistas del progreso.
Tomado del Blog Selecciones Espíritas.
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